En Croatá, un distrito del estado de Ceará, Brasil, se está construyendo Smart City Laguna: una ciudad inteligente, verde y asequible donde la tecnología mejora la vida diaria y no excluye a nadie.
A una hora de Fortaleza, en el nordeste de Brasil, está naciendo un proyecto que parece sacado del futuro: Smart City Laguna, la primera ciudad inteligente e inclusiva del país.
Su misión es simple pero ambiciosa: demostrar que se puede vivir bien, cuidar el planeta y hacerlo de forma accesible.
Laguna está pensada para que sus habitantes puedan caminar, andar en bicicleta y disfrutar de áreas verdes sin depender tanto del coche. Las calles están diseñadas para la convivencia, no para el tráfico. Y en lugar de edificios grises y ruido, hay parques, ciclovías, espacios de arte y zonas de encuentro.
Tecnología al servicio del bienestar
Aquí, la tecnología no es un lujo, es una herramienta que mejora la vida diaria. Las casas y edificios cuentan con conexión de fibra óptica, iluminación pública inteligente y energía más eficiente. Además, el sistema eléctrico es subterráneo y hay puntos de carga para autos eléctricos distribuidos por toda la ciudad.
Los residentes pueden usar una app llamada Planet App, que les permite desde reservar espacios compartidos hasta monitorear su consumo de energía o comunicarse con sus vecinos. En Smart City Laguna, la innovación no se trata de pantallas ni robots, sino de comunidad conectada y participación activa.
Una ciudad inteligente… y también inclusiva
A diferencia de otros proyectos tecnológicos, Laguna fue pensada para todos.
Ofrece viviendas asequibles para distintos niveles de ingreso, evitando que la innovación sea exclusiva para unos pocos. Aquí, la “ciudad inteligente” no significa elitista, sino colaborativa y humana.
Además, el proyecto incluye espacios educativos, áreas culturales y zonas de emprendimiento para impulsar el desarrollo local. Es una ciudad que no solo se construye con cemento y cables, sino con comunidad.
Sostenibilidad que se siente
Smart City Laguna también busca ser un modelo de sostenibilidad. Más del 30% de su superficie está dedicada a áreas verdes, con sistemas de recolección de agua de lluvia y energía solar.
Cada rincón está pensado para reducir la huella ambiental y promover una vida más equilibrada, donde la tecnología y la naturaleza conviven.
El futuro está en Ceará
Laguna es un recordatorio de que el futuro urbano no tiene que ser caótico ni gris. Puede ser verde, accesible, conectado y humano.
Este proyecto brasileño se está convirtiendo en un ejemplo global de cómo planear una ciudad que piense en las personas primero, en el planeta después y en la tecnología como el puente entre ambos.
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