Se habla mucho sobre las grandes supuestas orgías durante los Juegos Olímpicos pero, ¿de verdad llega a estos niveles el sexo entre los atletas?
Los Juegos Olímpicos ya comenzaron. Y aunque el Covid es una de las grandes preocupaciones de atletas y organizadores, hay otra cosa que inquieta en esta edición, particularmente: cuidar que los participantes no tengan sexo durante los Juegos Olímpicos.
Pero, ¿es esta una verdad o sólo un mito que se ha propagado tanto que ya la tomamos como una verdad? Mito o no, lo cierto es que cada cuatro años el sexo en los Juegos Olímpicos es casi una tradición.
Hace apenas unas semanas se dieron a conocer las “camas anti sexo”, hechas de cartón tan frágil que no pueda soportar el peso de dos (o más) personas. Después supimos que las camas son de cartón para poder desecharlas y ser más sostenibles.
Y también, hace unos meses el gobierno de Japón reveló que repartiría miles de condones para los atletas en Tokio 2020.
Todo esto nos confirma que, en los Juegos Olímpicos, el sexo y las fiestas sexuales son más comunes de lo que pensaríamos (porque, obvio, nada de esto pasa en televisión).
Basta ver las cifras de los Juegos Olímpicos en Río 2016, donde hubo un boom en el uso de apps de citas. Muchos de los atletas recurrieron a Twitter para hablar de sus conquistas y fiestas durante el evento. Y claro, el gobierno brasileño también repartió miles de preservativos.
De hecho, los condones se empezaron a repartir en los Juegos Olímpicos desde 1988, dada la preocupación mundial por la epidemia del VIH.
¿Cómo es el sexo en los Juegos Olímpicos?
La atleta australiana Dawn Fraser escribió un libro en 1965 titulado Below the Surface: The Confessions of an Olympic Champion. En él, habla sobre cómo la mayoría de los atletas se emborrachaban después de los eventos y tenían fiestas sexuales en la Villa Olímpica.
Fraser no es la única que ha hablado sobre el tema. En un reportaje de ESPN de 2012, el nadador Ryan Lochte dijo que entre el 70% y 75% de los atletas tienen sexo durante los Juegos Olímpicos.
Por otro lado, el futbolista Hope Solo dijo a la misma cadena de televisión: “he visto gente teniendo sexo al aire libre. En el césped, entre edificios, la gente se ensucia y se ensucia”.
ESPN también reportó que en 2010, seis atletas de Alemania, Canadá y Australia tuvieron una orgía en un jacuzzi en una casa a las afueras de la Villa, según varios testigos.
El temor del Comité Olímpico de esta edición es que, de existir este nivel de sexo en los Juegos Olímpicos, podrían propagarse más y más rápido los casos de Covid en Tokio 2020.
Y aunque todos los atletas están vacunados y se aplicarán pruebas de Covid constantemente, todos sabemos que un simple beso de tres, basta para que el Covid ponga en jaque la carrera de más de uno.
Por ello, en esta ocasión hay reglas muy estrictas para garantizar la seguridad y salud de todos, pues sabemos que los atletas se suelen poner creativos a la hora del sexo en los Juegos Olímpicos.
De hecho, el Comité Olímpico y el Comité Paralímpico publicaron la tercera y última edición del Libro de reglas de Tokio 2020, donde pedían a los atletas “mantener al mínimo las interacciones físicas con los demás”.
De acuerdo con el libro, el incumplimiento puede resultar en multas, descalificación, remoción de metales y, por ofensas en serie, deportación.
La competencia sexual ha comenzado
Pese a estas restricciones, y pese a que no habrá público en ninguna de las competiciones, curiosamente el uso de apps de cita ya creció 125% en estos días, según la CNBC.
No es una novedad: como dijimos antes, en Río 2016 el uso de Tinder aumentó 129% durante los Juegos Olímpicos. También, en Londres 2012 Grindr (app de citas gay) era un hervidero de hormonas.
Se sabe que los Juegos Olímpicos son el escenario perfecto para una sexualidad desbocada. Como dijo el Dr. Uchenna Ossai a Bustle: “La actividad sexual es un amigo verdaderamente leal cuando se trata del estado de ánimo, el manejo del dolor, la calidad del sueño y la función del suelo pélvico”.
Por eso mismo, los entrenadores les piden a sus atletas que eviten el sexo durante sus entrenamientos para evitar afectar su desempeño, aunque no hay pruebas de que el sexo realmente tenga un efecto negativo.
En estos Juegos Olímpicos, no les quedará de otra que controlar su impulsividad y pensar más con la cabeza fría. O, de lo contrario, una prueba positiva de Covid podría mandarlos directo al fracaso de sus carreras.
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