Lo que hace Ryan Hickman por el ambiente es admirable, y desde más pequeñito ha estado interesado en reciclar todo lo que pueda.
Si Ryan Hickman, de solo 11 años de edad, montó su empresa de reciclaje cuando tenía tres años y medio de nacido, no hay argumento que desestime que nunca se es demasiado joven para emprender un negocio.
Originario de California, Estados Unidos, este rubio niño encontró la misión de su vida jugando. Poco antes de cumplir cuatro años de edad, visitó el centro de reciclaje rePlanet en su ciudad natal, donde recibió dos dólares por los deshechos que había recolectado.
“¡Mi nuevo negocio! Voy a recoger todas las latas y botellas de todos en el vecindario”, aclaró Hickman.
Después de esta experiencia, Ryan regresó a su colonia para invitar a todos sus vecinos a reciclar su basura. Amigos y miembros de la familia se unieron a su movimiento y esto lo llevó a generar cada vez más recursos.
A la fecha, el CEO, gerente y empleado de Ryan’s Recycling Company (que funciona incluso con su propio sitio web) ha recolectado un millón de latas y botellas con ayuda de su papá. Además, tiene ahorrado unos 10 mil dólares que sus padres quieren que sean empleados para la universidad. Aunque él sueña con comprar su propio camión de basura para reciclar.
Ryan Hickman recolecta y recicla botellas de plástico y vidrio, así como latas de aluminio. Después, él y su papá los llevan en camiones a un centro local, donde se descargan, clasifican y pesan.
“Sueño con limpiar la Tierra. Cada lata y botella que reciclo no termina en océanos, vertederos, lagos, ríos, embalses o para que los animales la coman, se enfermen y mueran”, explica ingenuamente.
“Lo que me mantiene motivado para seguir reciclando es simplemente recibir cartas y correos electrónicos de todo el mundo para darme las gracias. Eso me motiva a avanzar en mi objetivo”, finaliza.
¡Toda una celebridad!
En 2016, la historia de Ryan Hickman se volvió viral y desde entonces ha aparecido en noticieros de varios países. El niño empresario ha ganado muchos premios y reconocimientos, incluido el “Ciudadano del año 2017” en su natal San Juan Capistrano, California.
También fue nombrado una de las personas más influyentes del condado y ha aparecido en listas de niños y niñas que están cambiando al mundo. En el futuro, espera comprar un camión de basura para seguir reciclando y más tarde, ahorrar para acudir a la universidad. ¡Qué tierna historia!
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