Colossal es una empresa que trabaja en proyectos de edición genética para frenar la extinción de especies. Uno de sus planes es revivir a los mamuts.
¿Te imaginas volver a tener mamuts en el planeta? La idea no está tan alejada de ser realidad. Al más puro estilo de Jurassic Park, un equipo de científicos está trabajando en revivir a los mamuts lanudos.
La compañía, llamada Colossal, pretende crear vía laboratorio miles de mamuts, que vivieron en la tundra de Siberia hace miles de años.
El equipo es liderado por George Church, biólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, quien durante ocho años ha desarrollado herramientas para traer de vuelta a los mamuts.
Te preguntarás: ¿por qué alguien querría revivir a los mamuts en pleno siglo XXI? El objetivo de Church y su empresa Colossal es recuperar a los mamuts lanudos para ayudar al medio ambiente.
Hoy en día, la tundra de Siberia y el norte de América donde solían pastar esos animales está emitiendo dióxido de carbono y se calienta con mucha rapidez.
En la tundra, actualmente predomina el musgo, pero en la época de los mamuts lanudos era una zona de casi puros pastizales.
Algunos investigadores dicen que los mamuts lanudos eran unos ingenieros del ecosistema que daban mantenimiento a los pastizales desintegrando el musgo, tirando árboles y fertilizando los terrenos con sus excrementos.
Colossal recibió una inversión inicial de 15 millones de dólares, gracias a los cuales realizará su investigación en el laboratorio de Church, en Boston y Dallas.
¿Cómo revivirán a los mamuts lanudos?
Church y su equipo están analizando el genoma del mamut lanudo obtenido de los fósiles. Principalmente, buscan conocer a fondo las similitudes y diferencias con los elefantes.
Y es que la idea es implantar genes de mamuts en algunos embriones de elefante. Los científicos intentarán fabricar un embrión de elefante con su genoma modificado, de tal modo que se parezca a un mamut primitivo.
Eriona Hysolli, una investigadora del laboratorio de Colosal, supervisará los trabajos de la nueva empresa destinados a editar el ADN del elefante agregando por medio de CRISPR los genes que dan las características del mamut, como el pelo tupido y la amplia capa de grasa para que soporten el frío.
El gran reto es que nunca antes se han cultivado óvulos de elefante. Y aunque se pudiera, un segundo reto será generar una manada (algo poco práctico, pues se necesitarían muchos elefantes).
Para solucionar esto, la compañía decidió hacer un útero de mamut artificial revestido con tejido cultivado a partir de células madre.
La idea tiene algunos precedentes. En el Hospital de Niños de Filadelfia, los investigadores ya desarrollaron una bolsa sellada que puede albergar al feto de un cordero durante cuatro semanas.
Pero Colossal necesitará construir un útero artificial lo suficientemente grande como para albergar un feto durante aproximadamente dos años, que alcanzará un peso de 90 kilos.
Una discusión ética de fondo
Algunos investigadores no creen que Colossal pueda realizar su misión de revivir a los mamuts. Además, si logra engendrar elefantes similares al mamut, la compañía tendrá que enfrentar cuestiones éticas importantes.
¿No sería cruel revivir a un animal de cuya biología sabemos tan poco? ¿Quién decide si se le puede dejar libre, con lo cual quizá cambie de maneras significativas el ecosistema de las tundras?
Heather Browning, filósofa de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, explicó que sin importar los beneficios que los mamuts aporten a la tundra, se tendrá que pensar en el posible sufrimiento que tal vez experimenten al ser traídos al mundo por los científicos.
Pero Colossal sigue firme en su visión: la edición genética puede ayudar, de múltiples maneras a frenar el cambio climático. Y revivir a los mamuts es solo una de tantas investigaciones en las que la compañía está trabajando.
Church asegura que los pastizales restaurados evitarían que el suelo se derritiera y se erosionara e, incluso, atraparían el dióxido de carbono que retiene el calor.
Y aun cuando el proyecto fracasara, nos quedaría la tecnología y los aprendizajes ganados, que sin duda podrían funcionar para probar con otros animales y ayudar a balancear los ecosistemas.
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