¿Estás seguro de que dejar de utilizar plásticos te ayudará más a reducir tu huella de carbono, que si dejaras de comer carne? Tienes que leer esto.
Tal vez utilizas bicicleta frecuentemente o evitas hacer pedidos en línea que vengan de países lejanos para reducir tu huella de carbono. Y sí, en parte sí, pero hay muchas otras cosas con las que contaminamos y no nos damos cuenta.
Una nueva investigación de la Universidad de Columbia Británica, en Estados Unidos, concluyó que la mayoría de las personas no tiene la información necesaria para reducir de manera eficaz sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Seth Wynes, principal autor del estudio, dijo que las personas suelen subestimar las fuentes de gases de efecto invernadero que no pueden ver, como las emisiones de la agricultura, al mismo tiempo que exageran en el peso que le dan a lo que sí ven, como el tubo de escape de un auto.
Según los resultados de las pruebas, la mayoría de las personas no son buenas para juzgar qué actividades tienen el mayor efecto en sus emisiones de dióxido de carbono. Y es normal: nos falta mucha educación ambiental.
Por ejemplo, ¿sabías que las emisiones que produces al tomar un vuelo en avión se pueden compensar conduciendo menos tu auto y apagando por más tiempo las luces de tu casa?
Pero también, ¿sabías que el mismo ahorro obtendrías si dejaras de consumir carne por un mes? Como verás, hay opciones más efectivas para reducir nuestra huella de carbono y que no requieren que renunciemos a la modernidad.
Estas preguntas te ayudarán a reducir mejor tu huella de carbono
El New York Times planteó cuatro preguntas muy breves que te ayudarán a medir qué tanto sabes sobre el impacto ambiental de tus acciones cotidianas.
Las preguntas se basan en las mismas que la Universidad de Columbia hizo a más de 900 participantes. Por cierto, todos fallaron en sus respuestas.
Estamos seguros de que las respuestas a estas preguntas te ayudarán a tomar mejores decisiones al momento de reducir tu huella de carbono.
1. ¿Volverse vegetariano o reducir los empaques?
Imagina que eres una persona que ha decidido vivir sin empaques en tu casa. Por lo tanto, compras productos a granel, evitas comprar productos como shampoo, desodorantes o pastas de dientes. En fin, tratas de reducir al mínimo la cantidad de envolturas y frascos.
Pero te tenemos una noticia: te tomará 11 años reducir tu huella de carbono comparado con una persona que no come carne durante un mes.
Sorprendente, ¿no? El consumo de carne es una de las acciones más contaminantes, debido a que la ganadería genera una cuarta parte de las emisiones de CO2 a nivel mundial y es la principal causa de deforestación, además de que utiliza el 70% del agua dulce del planeta.
En cambio, de acuerdo con especialistas la eliminación total de los envases “no es posible ni deseable”. Dejar de consumir envases sólo trae un 3% de ahorro en las emisiones.
Entonces, cómprate ese shampoo o ese suavizante de ropa sin culpa. Y mejor bájale a la cantidad de carne que consumes mes a mes y así podrás reducir tu huella de carbono.
2. ¿Dejar de comer carne o dejar de viajar en avión?
Si la respuesta de la pregunta anterior te dejó sorprendido, esto te impresionará aún más. Porque, efectivamente, comer carne es muy contaminante, pero más contaminante es tomar un vuelo.
Por poner un ejemplo, por un vuelo de Nueva York a Londres (una distancia relativamente razonable) necesitarías dejar de comer carne por dos años a fin de compensar la huella de carbono que generó tu viaje.
¿Significa que deberías dejar de viajar o de volver a los veleros de hace cinco siglos? No necesariamente. Pero sí podríamos exigirle a la industria aeronáutica que busque alternativas a los combustibles para reducir nuestra huella de carbono.
3. Qué gasta más luz: ¿una lavadora o dejar la luz prendida toda la noche?
Solemos pensar que una de las mejores formas de ahorrar energía en casa es apagando las luces de la casa. Pero, ¿sabías que una sola carga de ropa en la lavadora o en la secadora emite el mismo CO2 que si dejaras un foco encendido por 13 días seguidos?
Por supuesto, no te decimos que no apagues las luces que no estés utilizando, pero vamos: no pasa nada si un día decides instalar una lámpara extra en ese rincón de tu casa para darle un toque más íntimo a tu hogar.
Mejor, lava menos, o si puedes lava a mano lo que no implique demasiado esfuerzo. Y en lugar de secadora eléctrica, recurre al viejo y confiable tendedero.
4. ¿Vale la pena invertir en un auto híbrido?
Los autos híbridos cada vez son más accesibles en el mercado, al menos comparándolos con los autos eléctricos. Por lo mismo, muchas personas evalúan la posibilidad de adquirir uno y cambiar sus viejos autos de gasolina.
Sin embargo, sobreestimamos el poder ahorrador de CO2 de los autos híbridos. Es cierto que emiten menos gases de efecto invernadero que un auto de combustible fósil, pero no como la gente suele pensar.
En realidad, un viaje de 243 kilómetros en un auto híbrido emite el mismo CO2 que un viaje de 160 kilómetros en un auto que utiliza gasolina. No es mucha la diferencia.
Aunque, claro, si tienes el poder económico para comprar un Toyota Prius, hazlo. Lograrás reducir tu huella de carbono un poco, por lo menos.
En conclusión…
Todo esfuerzo por reducir tu huella de carbono cuenta. El propósito de este artículo no es menospreciar ninguna estrategia, pero ya está demostrado que a veces ponemos nuestro esfuerzo en las actividades menos eficaces. Ahora, a tomar nota y a cambiar nuestras acciones más contaminantes.
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