El debate sobre los ingredientes químicos de la perfumería continúan. ¿Es seguro usar perfumes sobre la piel? Aquí la respuesta.
La eterna duda sobre si es seguro usar perfumes sobre la piel sigue dando de qué hablar. Los movimientos antiperfume o aquellos que proponen hogares libres de tóxicos llevan años protestando contra el uso de “químicos” que pueden poner en riesgo nuestra salud.
Su argumento se basa en que los perfumes y ambientadores supuestamente favorecen el desarrollo de alergias y otras enfermedades respiratorias. En lugares como Halifax, Canadá, algunas empresas han implementado políticas de espacios “libres de perfumes” y algunos ciudadanos han denunciado a otros por acudir a sus puestos de trabajo habiendo usado desodorante.
Pero, ¿hasta qué punto es cierto que esas fragancias elaboradas con materiales químicos o sintéticos suponen un riesgo para nuestra salud?
¿Qué son los ingredientes sintéticos en perfumería?
Por lo general, un perfume está hecho con aceites esenciales de plantas, extractos de frutos o extractos animales, normalmente de glándulas. Pero también, muchos de sus componentes son netamente de laboratorio. Hay perfumes que se conocen como “perfumes moleculares”, como Baccarat Rouge 540, de la marca Maison Francis Kurkdijan, o todas las creaciones de la marca Escentric Molecules.
Recientemente, la marca Givenchy lanzó un perfume netamente molecular, llamado Accorde Particulier. Se trata de moléculas con olores muy tenues, pero cuya principal característica es potenciar otros aromas. Es decir, se utiliza como potenciador de aromas de otros perfumes, así que la idea es combinar ambas fragancias.
Debido a prohibiciones regulatorias, varios ingredientes están vetados de la perfumería, como el ámbar gris (una mezcla de vómito y jugos gástricos de los cachalotes que, al estar en el mar, se solidifica por efecto de la sal marina). En su lugar, se han creado moléculas sintéticas como el ambroxan o el ambrox, patentadas por diferentes laboratorios.
Para crear ciertos aromas, se recurre a moléculas sintéticas. Por ejemplo, no hay forma de extraer el olor de la piña o de la manzana, pues no tienen aceites esenciales que puedan destilarse. Lo mismo los acordes marinos o ciertas flores: todo es resultad de interpretaciones de laboratorio.
Incluso, podríamos decir que las moléculas sintéticas son una forma de recrear aromas de forma sustentable: en lugar de talar los bosques de sándalo o sobreexplotar la madera de oud (uno de los materiales más caros y codiciados en perfumería), se pueden interpretar en laboratorio por medio de moléculas sintéticas.
Por último, es importante aclarar que sintético no es sinónimo de barato, ni de mala calidad. Hay moléculas cuya creación requiere de procesos de investigación muy largos, donde los ingredientes deben ser de altísima calidad. Hay moléculas sintéticas más costosas que un aceite esencial de naranja o de rosas.
¿Son mejores los ingredientes naturales en los perfumes?
Desde la ciencia, hacer diferencias entre sintético vs. natural es una falacia. Las fórmulas de un perfume surgen a partir de una mezcla compleja cuya elaboración implica tanto aceites esenciales y extractos de origen vegetal y animal como sustancias procedentes de esas fuentes, extraídas directamente o sintetizadas.
Es por eso que, cuando hablamos de perfumes, los términos sintético y natural son bastante ambiguas: un perfume que contenga solo aceites o extractos naturales no significa que sea mejor o peor para la salud que el perfume sintético.
Además, se clasifiquen como se clasifiquen, los componentes de los perfumes contienen moléculas que están normalmente en la naturaleza y esas mismas sustancias pueden haberse sintetizado o extraído de una fuente natural. Por lo tanto, las moléculas naturales son tan sintéticas como las que nacieron en un laboratorio.
¿Qué tan natural es lo que se dice ‘natural’?
Pongamos un ejemplo: el aceite esencial de bergamota, un extracto natural procedente de este cítrico que se cultiva principalmente en Italia y que huele a la típica agua de colonia que todos conocemos, tiene efectos fotosensibilizantes y en algunas personas puede provocar graves quemaduras.
En cambio, el acetato de isoamilo, que suele sintetizarse industrialmente mediante la esterificación de Fischer a partir del ácido acético glacial y el alcohol isoamílico, no supone ningún problema para la salud.
Por lo tanto, la etiqueta “natural” no es más que un constructo comercial que pretende evocar al consumidor recuerdos idílicos de que la naturaleza siempre es buena y todo lo alejado de ella es siempre malo. Basta recordar que ciertos hongos y el veneno de las serpientes son naturales pero mortalmente peligrosos.
¿Es seguro usar perfumes en la piel?
Todo lo anterior nos lleva a la reflexión sobre si es seguro usar perfumes sobre la piel. ¿Es mejor usar ciertos componentes que otros? Sin duda, no todos los ingredientes utilizados en la perfumería son seguros para la piel.
Año con año, las autoridades regulatorias de varios países analizan las fórmulas de fragancias comerciales para determinar si sus ingredientes son seguros para el uso humano. Desafortunadamente, se ha descubierto que varios de ellos no lo son.
Es por eso que varios de nuestros perfumes favoritos desaparecen de las tiendas de un día para otro, totalmente discontinuados o descatalogados. Muchos otros enfrentan reformulaciones constantes para poder mantenerlos a la venta, pero reemplazando esos componentes vetados del mercado.
Algunos ingredientes pueden ser más reactivos que otros
Por otro lado, hay ingredientes de los perfumes que pueden ser particularmente reactivos en la piel de ciertas personas, pero eso no significa que, en general, no sea seguro usar ese perfume sobre la piel. Podemos pensar en las nueces, en el gluten o incluso en el chocolate: son tan naturales como alérgicos para ciertas personas, pero no por eso debemos exigir su prohibición.
Lo mismo pasa en perfumería y la cosmética en general. Debemos estar atentos a las posibles reacciones que pueda causar no solo en nuestra piel, sino en ojos, nariz y garganta. También, debemos ver que nuestro perfume no afecte a quienes nos rodean, especialmente niños o personas con pieles extra sensibles. Lo mismo a nuestras mascotas.
Finalmente, siempre existirá la opción de usar los perfumes sobre la ropa y no sobre la piel. Si esto te deja más tranquila o tranquilo, adelante. Podrás seguir disfrutando de tu fragancia favorita con la tranquilidad de estar cuidando la salud de tu piel.
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