La más reciente cinta de Pixar nos demostró, una vez más, cómo es que Disney usa la psicología a su favor para crear películas cada vez más entrañables.
Una parte importante del éxito de Pixar en llegar a los corazones de sus espectadores es enfatizando la psicología humana. En 2020, Soul estuvo llena de preguntas sobre la vida antes del nacimiento. Y su más reciente cinta, Turning Red, no es menos filosófica.
Turning Red trata de una niña de 13 años de origen chino-canadiense que vive en Toronto, en la década de 2000, que a veces se convierte en un panda rojo gigante. Aquí, la protagonista decide no encerrar a su monstruo interno para siempre; en cambio, hace las paces con él.
La pandemia fue un duro golpe para la salud mental de los adolescentes, especialmente del sexo femenino (que son los personajes principales de Turning Red). De acuerdo con Psychology Today, las adolescentes son 30% más propensas a tener problemas de salud mental que los varones.
Al final de Turning Red, ella rompe la cuarta pared y se comunica directamente con el público acerca de cómo todos debemos aprender a amar las fuerzas aparentemente extrañas que tenemos dentro porque son parte de nosotros. Y descubrirlas es parte de la evolución del ser humano.
Uso de la psicología en las películas de Pixar
Una de las maneras en que Pixar llega al corazón de muchos espectadores, sin importar el tema que aborden, es hablando sobre aspectos de la psicología humana.
Esto se hizo evidente en Intensa mente una película que literalmente trata sobre las emociones. Pero no es la primera vez que Pixar tocó nuestros corazones para conquistarnos. De hecho, esta fórmula ha estado presente desde Toy Story.
El juego de colores es lo más importante
El guion de color es un término de animación que Pixar ha popularizado y se ha convertido en una herramienta bastante valiosa para muchos otros realizadores. Con este guion, se intenta trazar el color, la iluminación, la emoción y los estados de ánimo en la película. Tal como lo lees: “estados de ánimo”.
A Pixar siempre le ha gustado compartir sus prácticas y fórmulas, así que obviamente hicieron un libro dedicado a los guiones de colores. Se llama El arte de Pixar: 25th Annie: Los guiones de colores completos y arte selecto de 25 años de animación.
En él, Pixar revela cómo lleva su juego de colores y de iluminación más allá, gracias a que cuentan con colores y luces calibrados con precisión para transmitir narrativa y emoción.
Piensa por ejemplo, en WALL-E. Aquí no verás nada color verde durante gran parte de la película. Los tonos anaranjados y cálidos nos dan una sensación de “sequía”. Y eso hace que cuando vemos la única plantita verde, resalte más y nos provoque muchísima emoción.
O pensemos en Coco, donde la mayoría de las escenas tiene sombras color rosa, lo que los directores eligieron para representar mejor a la familia mexicana. De hecho, en estudios de planeación con gente real, todos coincidían en que esa luz rosácea les recordaba México.
¿Qué es la tristeza positiva?
De acuerdo con Jessica Cabrera Marín y Patricia Muñoz Gallardo, de la Universidad de Sevilla, Pixar utiliza un término de la psicología llamado “tristeza positiva”, que hace referencia a esos momentos de bajo ánimo que permiten a quienes los padecen enfrentarse a nuevas situaciones en las que tienen que poner de su parte para encontrar una motivación. Ser más fuertes, más activos y superar aquella situación en la que se encuentran atrapados.
La tristeza ayuda a la memoria, reduciendo la cantidad de falsos recuerdos que nuestro cerebro genera en ocasiones, o que modifica, separándolos de los reales. También ayuda a prestar más atención a detalles que de otro modo pasarían desapercibidos.
Por ejemplo, en Toy Story, Woody es quien provoca la aparición de la tristeza positiva, al revelarle a Buzz que solo es un juguete y que ha vivido engañado.
Tras experimentar una decaída a causa de esta revelación, al final de la cinta Woody se siente culpable por la depresión que le causó a Buzz y termina por decirle que en realidad Buzz es mucho mejor juguete que él, y que Andy le quiere más a él. Esto consigue que Buzz cambie su actitud y en lugar de dejarse morir como estaba haciendo, decide luchar.
Y para no seguir entrando en spoilers, esta es más o menos la dinámica que vemos en cada una de las películas de Pixar: psicología pura y dura puesta al servicio de las emociones. Así que si eres de quienes lloran con estas cintas, no eres la excepción: es justo lo que los estudios quieren conseguir.
¿Qué otras formas de utilizar la psicología en las películas de Pixar conoces?
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