Con el apoyo de iniciativas como Vroom y Empieza Temprano de Fundación Televisa, te contamos cómo fortalecer el desarrollo infantil en niños con pasos sencillos y ciencia comprobada.
Durante los primeros años de vida, el cerebro de una niña o niño se desarrolla a una velocidad impresionante: hasta 1 millón de conexiones por segundo, según UNICEF. Es una etapa irrepetible en la que cada palabra, mirada y juego ayuda a construir las bases de su aprendizaje, el desarrollo infantil, su salud emocional y su bienestar futuro.
Programas como Vroom y Empieza Temprano lo saben bien: los primeros años no solo son importantes, ¡son decisivos! Y lo mejor es que no necesitas materiales costosos ni horarios rígidos. Bastan unos minutos al día, aprovechando los momentos cotidianos —como la hora del baño, la comida o el camino a la escuela— para potenciar su curiosidad y fortalecer su desarrollo.
Lo que dice la ciencia (y por qué tú eres clave)
De acuerdo con UNICEF y la organización estadounidense Child Trends, las experiencias tempranas —como hablar, cantar, jugar y recibir atención afectiva— son el alimento más poderoso para el cerebro infantil. Los niños que crecen en entornos donde se sienten seguros, escuchados y estimulados tienen mejor desempeño escolar, mayor autoestima y una salud emocional más estable.
Además, las investigaciones de Early Childhood Development demuestran que invertir tiempo y atención en los primeros cinco años genera beneficios para toda la vida, no solo para los niños, sino también para las familias y comunidades.
5 pasos sencillos para apoyar el desarrollo infantil
1. Atención y jalón a su curiosidad
Observa lo que tu niño o niña empieza a explorar: una hoja, un juguete, una sombra en la pared. Luego, comenta, ríe y hazlo tú también. Hacerlo juntos sin prisas fortalece el vínculo, el lenguaje y la atención. Como dice UNICEF, los niños necesitan “aprendizaje temprano con cuidado receptivo” —como hablar, cantar, jugar— para alimentar su cerebro.
2. Conversa muchísimo
Desde bebé, tu pequeño ya está aprendiendo del tono, de tus gestos, de las expresiones. Háblale sobre lo que hacen juntos: “Mira este pájaro”, “¿Qué color ves?”, “Vamos a poner los zapatos”. Según entidades de infancia, los entornos con cuidado estable y lenguaje rico favorecen su desarrollo cognitivo y emocional.
3. Juego con turnos y participación
Cuando juegas con él o ella, asegúrate de que haya momentos de “tu turno / su turno”. Eso enseña a esperar, observar y responder. Vroom señala que las experiencias interactivas en los primeros años (como turnos de juego o conversación) promueven habilidades sociales, emocionales y de pensamiento.
4. Ritmo, movimiento y descanso
Caminar, gatear, explorar el entorno estimula no solo los músculos, también el cerebro. Y claro, el sueño lo conecta todo: cuerpo, cerebro y emociones. Cuando el niño tiene oportunidades de juego físico y descanso adecuado, mejora su concentración, su desarrollo motor y su bienestar en general.
5. Lectura, canciones, historias
Aunque no sepas leer tú profesionalmente, contar historias, cantar o usar libros de imágenes hace maravillas. UNICEF indica que la educación preprimaria de calidad y el ambiente enriquecido en el hogar son fundamentales para el desarrollo infantil.
Añadir “¿Qué crees que pasará?”, “¿Por qué lo hizo?” invita a pensar, imaginar y fortalecer conexiones cerebrales.
Un dato de oro: impacto a largo plazo para el desarrollo infantil
Invertir en el desarrollo infantil temprano no es solo bondad: es buen negocio. Según UNICEF, los países que invierten en los primeros años obtienen retornos enormes en salud, educación, productividad y bienestar social.
Tu papel como mamá, papá, cuidador o educador es más poderoso de lo que parece: cada mirada, cada palabra, cada momento compartido suma. No se trata de crear un súper-niño o niña, sino de estar presente, jugar, conversar y crear un ambiente seguro y estimulante. Porque esos primeros años sí cuentan. Y el impulso que das hoy va a resonar en el mañana.
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