Estos guardias se dedican a dar amor a los perros de Chernobyl, que son hijos de aquellos que fueron abandonados cuando ocurrió el desastre nuclear.
En 1986, el reactor 4 de la planta nuclear de Chernobyl explotó y ocasionó el mayor desastre nuclear en la historia de humanidad. Algo sumamente triste fue que, en ese momento, centenares de perros fueron abandonados debido a la radiación. Las familias debieron irse de la zona y huir por su vida, dejando atrás a sus mascotas.
Sin embargo, 34 años después de la catástrofe regresa un poco de amor para sus descendientes, cuando los guardias que vigilan que nadie se meta a Chernobyl le dan cariño. Estos hombres les dan de comer, les quitan las garrapatas e incluso les administran las vacunas antirrábicas.
En algunos casos, los perros de Chernobyl solo quieren comida, pero algunos de los guardias no pueden resistirse a darles un poco de amor, mismo que les ha faltado durante toda su vida. La información fue recopilada por BBC.
El hombre que ha presenciado la vida de estos perros
Jonathon Turnbull, de la Universidad de Cambridge, vive en Kiev y ha visitado la Zona de Exclusión de Chernobyl muchas. veces. Ahí él vio a los guardias interactuar con los perros semisalvajes. Turnbull platicó con ellos respecto de sus anécdotas con los animalitos, y se sintió conmovido.
“Si quería conocer a los perros tenía que ir con las personas que mejor los conocen, y esos eran los guardias”, dijo Turnbull a BBC.
Turnbull capturó en fotografías sus recorridos en Chernobyl, y las imágenes de los perros abandonados conmueven debido a la soledad que los rodea. Algunos guardias les ponen nombre: Arka, una perrita salchicha que toma siestas en los conductos de calefacción; Tarzán, que hace trucos para la comida, y Alpha.
“Ellos nos dan alegría”, dijo uno de los guardias a Turnbull respecto de los perros de Chernobyl. “Para mí, personalmente, es una especie de símbolo de la continuación de la vida en este mundo radiactivo y postapocalíptico”.
Los perros de Chernobyl, atracción turística
El especialista en radiación Lucas Hixson, junto con Erik Kambarian, fueron a la zona de desastre hace cinco años. En 2016 fundó junto Clear Futures Fund, una organización sin fines de lucro que apoya a los trabajadores de la planta de Chernobyl afectados por el accidente. En 2017, ambos iniciaron el programa Dogs of Chernobyl, que busca dar apoyo a todos los perros abandonados de Chernobyl. Así, buscan proveerlos de agua, comida y refugio durante el invierno.
Incluso, este plan ofrece recorridos en Airbnb para turistas interesados en conocer la zona y además, alimentar ellos mismos a las mascotas. Sin duda, una situación que duele a los que amamos a los animales, pero que también refuerza los valores humanos que aun en las circunstancias más tristes, pueden surgir. Como es el caso del amor de los guardias por los perros de Chernobyl. ¿Quieres donar algo para que mejore su calidad de vida? Da clic aquí.
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