Xanadu 2.0 es esa propiedad que lo tiene todo y que aún no se sabe quién será el “beneficiado” de esta impresionante mansión en la separación de bienes.
Después del anuncio del divorcio de Bill y Melinda Gates, una de sus mayores propiedades está en juego. Es obvio que sus abogados estarán en eso, pero el mundo entero se pregunta, ¿qué pasará con esa icónica y extraordinaria mansión que habitaban juntos? Xanadu 2.0 es un hito dentro de las casas más impresionantes del mundo.
Ubicada frente al lago en los suburbios de Seattle y sin ningún vecino molestón que ose interrumpir la calma que les provee estar rodeada de inmensa vegetación natural y miles de hectáreas vecinas que también les pertenecen, se trata de una de las residencias más famosas del orbe.
Esta mansión de mansiones está en disputa, aunque la palabra no quiere decir que sea una causa de guerra entre los flamantes Gates. Todo lo contrario, parecer ser un divorcio muy “sano”. La casa no será motivo de lucha, todo parece indicar, ya que, históricamente, Melinda Gates siempre ha dejado claro que se sentiría “más cómoda” en una casa más pequeña.
Divorcio Gates: en paz y civilizadamente
Dentro de las cosas que más llama la atención en esta separación de bienes, donde cientos de expertos en finanzas, filantropía y bienes raíces, están haciendo sus deducciones de cómo se repartirán el botín, perdón, la grandiosa –¡y verdaderamente que ésta si es muy grandiosa!– fortuna que el magnate de los sistemas operativos y computadoras ha generado a través de los años, es justamente ver si finalmente se podrá conocer más de su interior. Hasta ahora muy pocos han sido los afortunados de conocer la residencia en sus interiores.
Según Forbes, la fortuna de la aún pareja se calcula en nada más y nada menos que en 124,000 millones de dólares –¡¡¡me da algo!!!–, pero desde el pasado lunes que anunciaron su separación al mundo, por medio de un comunicado conjunto, pareciera que no habrá ningún problema en qué le “toca” a cada quien. Indicios pues, de que todo se hará en santa paz.
Cenizas quedan…
Melinda y Bill Gates han sido una de las parejas icónicas de la historia moderna y no dejamos de sentirnos consternados por este anuncio. Pero, no todo está perdido. La Fundación Bill y Melinda Gates que presiden conjuntamente ha comunicado que su estructura organizativa sigue igual. Es una buena noticia para todos y así, el mundo de la comentocracia estará más tranquilo, aunque falta que se comunique cuál será el fin de Xanadu 2.0 (ya ven, si se pueden hacer las cosas como gente civilizada, sin llegar al chisme, dimes y diretes y resolver todo en los tribunales).
Un pelo a un gato: Xanadu 2.0
El nombre, como podemos imaginar, se debe a una referencia de esa ciudad antigua y mítica que fue capital del Imperio Mongol y a donde Marco Polo viajó y escribió mucho al respecto, asombrado de su belleza, elevándola a categoría de mito. El palacio de Xanadu decían, estaba forrado por dentro de pan de oro y pinturas. Y por eso estamos muy pendientes del fin de Xanadu 2.0 para conocer si al igual que aquel antiguo palacio, también tiene sus tesoros por descubrir y conocer -o reconocer-, mejor dicho.
Según un reportaje de The New York Times de 1995, el extenso complejo de Xanadu 2.0, entre área construida –ahí humildemente– más la orilla del lago y, digámoslo así, las “áreas verdes”, suman cerca de 20,000 metros cuadrados. Dentro de lo que se conoce como sus “amenidades” se dice que cuenta con spa, una alberca de 18m, un gimnasio con paneles de piedra de la cima de una montaña del noroeste del Pacífico, un arroyo para salmones, truchas y otros peces. Curiosamente, el nombre fue adjudicado, muy sinceramente, por los biógrafos de Bill Gates.
Estos Gates sí que saben, o sabían, vivir bien y tranquilos, (al menos eso creemos). Lo que deseaban hacer siempre lo tenían dentro de sus propias instalaciones y al alcance de su mano. ¿Tú qué harías con una Xanadu 2.0 si les tocara de “premio”?
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