El mito de las diferencias entre el cerebro de hombres y mujeres continúa, a pesar de la evidencia que indica lo contrario.
Uno de los mitos más antiguos, y sin embargo más presentes, es que hay diferencias entre el cerebro de hombres y las mujeres. O mejor dicho, que hombres y mujeres pensamos diferente.
La idea ha sido fuertemente investigada desde mediados del siglo XX y todos los estudios encuentran que se trata de un simple mito: el cerebro NO tiene diferencias relacionadas con el sexo de las personas. Y un nuevo estudio volvió a comprobarlo.
Lise Eliot, profesora de neurociencia en la Universidad de Medicina y Ciencia Rosalind Franklin, ha pasado 30 años estudiando las diferencias en el cerebro entre hombres y mujeres, sin que hasta el momento haya una sola prueba sólida que lo demuestre.
En un artículo para la revista The Conversation, la especialista encontró que la única diferencia es de tamaño (el cerebro de los hombres puede ser hasta 11% más grande), pero esto no supone ningún impacto en las capacidades de hombres y mujeres.
“Ninguna de las supuestas diferencias entre el cerebro de hombres y mujeres explica realmente las conocidas pero modestas diferencias de personalidad y habilidades entre sexos”, dice la especialista.
Ni mejores, ni peores: no hay diferencias entre el cerebro de hombres y mujeres
Por supuesto, cada persona tiene diferentes capacidades, pero no están relacionadas con el sexo. No, los hombres no son más hábiles para manejar que las mujeres ni las mujeres son más hábiles haciendo varias cosas a la vez. No, las matemáticas no son más difíciles para las mujeres.
Todo eso son meros estereotipos. Cualquier otro indicio de que esto sea real puede deberse a muchos otros factores, pero no a la capacidad neuronal de hombres y mujeres.
Los resultados de las últimas investigaciones de Lise Eliot se concentran en un estudio titulado “Elimina el dimorfismo”. Este hace referencia a su hallazgo central: los cerebros humanos no son “sexualmente dimórficos”.
“Dimórfico” es un término que usan los biólogos para describir una estructura que se presenta en dos formas distintas, en este caso entre en hombres y mujeres. La dimorfia se aplica para los genitales de hombres y mujeres, pero no para el cerebro.
Sí, el tamaño general del cerebro de los hombres es aproximadamente un 11% más grande que el de las mujeres, pero ninguna área específica del cerebro es desproporcionadamente más grande en hombres o mujeres.
El tamaño del cerebro es proporcional al tamaño del cuerpo, y la diferencia en el cerebro entre hombres y mujeres es en realidad menor a la que hay entre otros órganos internos, como el corazón, los pulmones y los riñones, que varían entre un 17% y un 25% más grande en los hombres.
Y no, tampoco es verdad que los hombres usan más un hemisferio que el otro, y viceversa. Las investigaciones neurocientíficas explican que el uso de un hemisferio u otro no está ligado a las diferencias entre el cerebro de hombres y mujeres.
A pesar de las pruebas, el mito seguirá
Los neurocientíficos han mantenido durante mucho tiempo la esperanza de que estudios más amplios y mejores métodos finalmente descubran las diferencias sexuales “reales” o de toda la especie en el cerebro.
Pero la verdad es que, a medida que los estudios sobre las diferencias entre el cerebro de hombres y mujeres se han hecho más grandes, estas diferencias cada vez son más irreales e imposibles de comprobar.
“No se pueden negar las décadas de datos reales, que muestran que las diferencias de sexo cerebral son mínimas y están abrumadas por la variación mucho mayor en las medidas cerebrales de los individuos en toda la población”, dice la investigadora en su artículo.
El cerebro es un órgano “monomórfico”, parecido al corazón o a los riñones. Hoy, cualquiera puede recibir un corazón sin preguntarse si le transplantarán un corazón de mujer o un riñón de hombre.
Lo mismo se ha descubierto con el cerebro y los primeros transplantes; no hay tal cosa como un cerebro de mujer o un cerebro de hombre. Cualquier persona puede recibir un transplante de cerebro, independientemente del sexo.
Pese a las evidencias de que no hay diferencias en el cerebro de hombres y mujeres, Lise Eliot reconoce que el mito del dimorfismo continuará. Es uno de los temas que más obsesionan a la ciencia (sobre todo a hombres que, a como dé lugar, quieren encontrar una diferencia en el cerebro de las mujeres).
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