Positive inspiration by wokii tiene como objetivo alentar a los individuos a ser el cambio que necesitamos para conservar y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras. En colaboración con Rolex y su Iniciativa Perpetual Planet, transmitiremos el compromiso de aquellos notables héroes y sus proyectos e ideas, que trabajan a diario para encontrar soluciones para hacer de este mundo un lugar más próspero.
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Mamirauá y el Proyecto Providence combinan tecnología y colaboración comunitaria para proteger la biodiversidad amazónica y enfrentar los desafíos ambientales globales.
La Reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá no solo protege la biodiversidad del Amazonas, sino que impulsa una nueva forma de conservación. Gracias al trabajo pionero de José Márcio Ayres y Michel André, en colaboración con Rolex, hoy la tecnología bioacústica permite cuidar uno de los ecosistemas más importantes del planeta. Te contamos más.
Conservación con impacto local y global
En 1996, José Márcio Ayres fundó la Reserva Mamirauá con un objetivo claro: proteger al mono uakari calvo, una especie única en peligro de extinción. Sin embargo, Ayres entendió que la conservación no podía lograrse sin la participación de las comunidades locales. Así nació un modelo que prioriza tanto el bienestar de las personas como el de la naturaleza. Este enfoque innovador permitió que Mamirauá creciera y se convirtiera en un referente mundial. En 2002, Ayres recibió el Premio Rolex a la Iniciativa por su trabajo, lo que le permitió expandir la reserva y consolidar su impacto. Aunque Ayres falleció un año después, su legado sigue vivo a través del Instituto Mamirauá y su equipo.
Bioacústica: Escuchando el corazón de la selva
En 2013, Michel André, experto en bioacústica y también ganador del Premio Rolex a la Iniciativa, visitó Mamirauá y quedó impresionado con la reserva. Inspirado por el modelo de Ayres, André unió fuerzas con el Instituto Mamirauá y lanzó el Proyecto Providence.
El proyecto utiliza 22 nodos acústicos instalados en los árboles para grabar sonidos del ecosistema. Estos datos se analizan anualmente en un laboratorio móvil, generando el mayor mapa sonoro del Amazonas. La información permite monitorear la biodiversidad y diseñar estrategias de conservación más efectivas.
Innovación y colaboración: Claves para el futuro
El éxito del Proyecto Providence demuestra que la colaboración entre ciencia y comunidades es esencial. Ahora, André y el equipo de Mamirauá de la mano de la Iniciativa Perpetual Planet de Rolex, planean expandir esta tecnología a toda la cuenca amazónica. Este esfuerzo no solo protege la biodiversidad sino las comunidades locales.
En conclusión, la historia de Mamirauá y el Proyecto Providence nos recuerda que proteger nuestro planeta es un esfuerzo colectivo.
Mientras la tecnología nos da herramientas para comprender mejor los ecosistemas, son las personas, con su pasión y compromiso, quienes marcan la diferencia.
La visión de José Márcio Ayres sigue inspirando a generaciones de científicos y comunidades, mientras que Michel André demuestra que escuchar la naturaleza puede ser la clave para salvarla. Mamirauá no es solo un modelo de conservación, es un faro de esperanza para un futuro más sostenible y en armonía con nuestro entorno.
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