A partir de los primeros meses de 2021 y en todas sus tiendas, Macy’s y Bloomingdale’s dejarán de vender pieles que no sean de origen ético.
Desde febrero de 2021, Macy’s y todas sus marcas subsidiarias, incluida la cadena de lujo Bloomingdale’s, dejarán de vender pieles que no se hayan obtenido de manera ética. Con esto, las nuevas políticas de Macy’s Inc. se ciñen a las pautas de la Alianza Libre de Piel (Fur Free Alliance), que permiten únicamente el uso de pieles que son obtenidas de animales criados éticamente para alimento (ovejas y ganado bovino).
“Seleccionamos nuestra mercancía basándonos en los deseos y necesidades de nuestros clientes. Nuestra clientela se está alejando de la piel natural y nosotros debemos alinearnos a esta tendencia. Con el surgimiento de nueva tecnología en el campo de las fibras y textiles, alternativas como la piel sintética y otras innovaciones hacen que esta sea una transición perfecta para nuestros clientes.”, detalló la empresa en un comunicado oficial.
Con ello, Macy’s Inc. se convierte en la última entidad del sector en prohibir la venta de pieles, después de las medidas anunciadas por el estado de California, en Estados Unidos, y marcas de lujo como Gucci, Versace, Armani, Chanel y Burberry.
Una industria cruel
De acuerdo con la organización PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), más de la mitad de la piel que llega a los Estados Unidos y Europa proviene de China, donde las granjas mantienen a zorros, conejos y visones, entre otros animales, en condiciones de hacinamiento y maltrato constante. Para un sólo abrigo, se utiliza la piel de varios especímenes, asesinados con los métodos más baratos disponibles -y que tienden a ser los más crueles- tales como electrocución, envenenamiento y sofocación.
Los animales que son atrapados en la naturaleza pueden sufrir varios días por pérdida de sangre, deshidratación, congelamiento, gangrena y ataques de depredadores. Dos de los métodos más usuales para capturar animales dentro de su hábitat son mediante el uso de trampas Conibear, las cuales aplastan sus cuellos con más de 90 libras de presión por pulgada cuadrada; o trampas de agua que dejan luchando a los animales por más de 10 minutos.
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