Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg se encuentran perfeccionando insectos robot que serán una gran herramienta para la ciencia.
Mientras Japón nos sorprendía con Gundam, el robot de 18 metros de alto y 25 toneladas de peso que puede caminar, en Estados Unidos sucedía lo opuesto. Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg buscaban, más bien, cómo hacer robots pequeñísimos. Lo han logrado. Los insectos robots pueden tener diversas aplicaciones en la ciencia. Y sus pequeñísimas maquinarias ya están en desarrollo.
La experta en robótica Zeynep Temel es una de las impulsoras de esta tecnología. Se trata de sistemas robotizados inspirados en la locomoción biológica.
En su manifiesto del Instituto de Robótica de la Universidad, Temel menciona: “Estos pequeños sistemas biológicos han evolucionado para utilizar funciones sobresalientes de movimiento y locomoción, alcanzando aceleraciones extraordinarias, velocidad y fuerza”.
Los robots que creó con su equipo son prácticamente iguales a los insectos y, como ellos, pueden volar y también atravesar agua y hacer enjambres, lo que de manera inevitable nos recuerda a la serie Black Mirror.
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¿Cómo puede usar la ciencia a los insectos robot?
Pero contrario a lo que vimos en televisión, la existencia de los insectos robot tiene objetivos nobles. Temel contó a CNN que estos robots miniatura pueden ayudar en la medicina, permitiendo cirugías sin incisiones o entregando medicamentos. Incluso piensa que pueden ayudar en misiones de rescate. Pensemos, por ejemplo, en fenómenos naturales como las avalanchas o los terremotos.
Los insectos robot tendrían acceso a recovecos imposibles para los perros y los humanos, por lo que podrían detectar con más facilidad a personas atrapadas entre escombros. De este modo habría una planeación más precisa para salvarlos del peligro sin arriesgar más vidas en el camino.
Para la investigadora se trata de una optimización del ya impresionante diseño natural de los insectos. Y gracias a estudios exhaustivos, han logrado conseguir que los robots se muevan de una manera que, en definitiva, parece orgánica. “Nadan, vuelan rápido y saben cómo balancearse y aterrizar, pueden caminar y saltar sobre la superficie del agua o entre pequeñas hojas, que son plataformas inestables”, dijo Temel a CNN. No cabe duda de que el futuro es hoy.
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