Volvo se ha impuesto una serie de metas con el objetivo de reducir su huella de carbono. La automotriz pretende lograr neutralidad climática para el 2040.
En los último años, Volvo no sólo se ha caracterizado por la calidad de sus automóviles, también por su sostenibilidad y compromiso con el medioambiente. En 1974, se convirtió en la primera compañía automotriz en reconocer que la manufactura y uso de vehículos genera un impacto negativo en el planeta. Desde aquel entonces, el fabricante sueco ha procurado que sus instalaciones de producción operen con mayor eficiencia ambiental.
Recientemente, Volvo lanzó un plan para reducir su huella de carbono en un 40% por automóvil para el 2025. Su primer paso hacia su principal objetivo, lograr neutralidad climática para el 2040.
Dicho plan engloba acciones en total sintonía con el acuerdo climático de París, el cual busca que el calentamiento ambiental no sea mayor a 1.5 grados. De esta manera, Volvo eliminará la mayoría de sus emisiones de carbono y apostará por la electrificación total de sus vehículos. A mediados del año pasado, lanzó su primer automóvil totalmente eléctrico, el XC40 Recharge, con una potencia de 408 CV y autonomía de 400 km. Este SUV tiene la capacidad de recargar el 80% de su batería en sólo 40 minutos.
Håkan Samuelsson, director ejecutivo de Volvo, comentó que están transformando la empresa a través de acciones concretas y no con promesas simbólicas. También agregó que están invitando a sus proveedores y al sector energético a que se unan para lograr el objetivo de convertirse en una empresa climáticamente neutral.
Por otra parte, Volvo también sostiene iniciativas a corto plazo, como la reducción del 25% de las emisiones de CO2 en cuanto a su cadena de suministro global, el uso de plástico reciclado en los nuevos Volvo 2025 y otra reducción del 25% en las emisiones de carbono generadas por operaciones generales, como la fabricación y la logística.
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