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En el desierto de Gobi, ubicado en el norte de China y el sur de Mongolia, habita una de las especies más extrañas de localizar: camellos salvajes, un animal en peligro de extinción.
Los camellos salvajes habitan en el desierto con situaciones extremas y una temperatura que va de los 40º a los -30 centígrados.
Debido a la caza y la desaparición de su hábitat, se calcula que solo existen mil ejemplares de esta especie, que a la vez, es muy difícil de rastrear… o eso se creía hasta ahora.
Y es que el especialista en teledetección, Liu Shaochuang y laureado de los Premios Rolex a la Iniciativa, se ha dado a la tarea de encontrar y seguir los pasos de esta fascinante especie.
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Tras los camellos salvajes
Hasta hace unos años, la única forma de saber sobre los camellos salvajes era analizando sus huellas y excrementos en el desierto.
Pero ahora, gracias a la teledetección y Liu Shaochuang, se puede saber dónde habitan y los riesgos que corren en el día a día.
En 2011, Liu Shaochuang viajó al desierto de Gobi para probar el explorador lunar Chang’e 3.
En su viaje tuvo la fortuna de encontrarse con un camello salvaje y conocer más sobre la historia de esta especie.
Los pobladores le mencionaron que era una especie amenazada por la depredación, la caza, el cambio climático y las enfermedades, algo que conmovió a Liu Shaochuang y lo hizo actuar.
Liu Shaochuang se interesó en localizarlos y usar la teledetección para rastrearlos.
Para lograrlo, en 2012 Liu colocó collares de seguimiento a los camellos, para detectarlos vía satélite.
“Nos llevó dos o tres días deambular por el desierto… cuando finalmente le colocamos un rastreador a un camello salvaje, fue un momento emocionante”.
Liu y su equipo han logrado colocar collares a más de diez camellos salvajes, con los que han detectado la ubicación diaria de la especie, así como las amenazas que enfrenta.
La labor de Liu Shaochuang lo hizo ser galardonado con el Premio Rolex a la Iniciativa 2023, que le permitirá seguir rastreando y protegiendo a los camellos salvajes y más especies.
“Nuestro sueño es transferir nuestro modelo de protección a otras especies, como el leopardo de las nieves y el tigre siberiano. Si no los protegemos, corren el mismo riesgo que los camellos salvajes”.
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