En internet están circulando recetas e infusiones con flor de jacaranda, pero ¿se pueden consumir? Aquí lo revelaremos.
Entre febrero y marzo, al inicio de la primavera, la Ciudad de México se viste de un fresco y llamativo color lila gracias al florecimiento de las jacarandas, que abundan en algunas zonas de la ciudad como Polanco, Roma, Condesa, Narvarte, Del Valle o Coyoacán.
Durante esta temporada es muy común que los cielos y también las banquetas se llenen de estas bellas flores, que provocan un espectáculo cada vez más relevante entre los habitantes de la ciudad.
Pero, ¿sabes de dónde viene esta planta o si tienen algún beneficio para el consumo humano?
Las jacarandas y su historia con la Ciudad de México
El árbol de jacaranda es nativo de Sudamérica, en específico de países como Bolivia, Paraguay o Brasil.
Se dice que este árbol fue introducido durante el porfiriato, a finales del siglo XIX, gracias a la influencia del migrante japonés Tatsugoro Matsumoto, quien fue un reconocido diseñador de jardines en la época.
Incluso se tiene noción de que el mismo Porfirio Díaz lo designó como el florista oficial del Palacio de Chapultepec.
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La flor de jacaranda tiene propiedades medicinales
Aunque tradicionalmente no se asocia a la flor de jacaranda como una planta comestible, algunos estudios han encontrado que los extractos de esta flor tienen una alta presencia de polifenoles.
Los polifenoles son antioxidantes presentes en las plantas, que funcionan como una defensa contra los patógenos externos.
Por lo mismo, esta flor podría funcionar como un agente antimicrobiano natural que sea una alternativa a la dependencia de los antibióticos y que colabore en la lucha contra la resistencia bacteriana.
Aunque su uso no es muy común, se reconoce a la jacaranda como una solución de la medicina naturista a problemas del estómago.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no hay tantas investigaciones que aseguren la utilidad de esta planta.
Los riesgos de la flor de jacaranda no han sido estudiados a profundidad
La flor de jacaranda suele ser tomada como infusión, acompañada de otras hierbas que le otorgan sabor y aroma como la menta o la hierbabuena.
Sin embargo, debes tener presente que no hay muchos estudios que certifiquen la seguridad alimentaria de esta planta.
Por otro lado, consumir las semillas, hojas, corteza y raíces podría ser tóxico, por lo que si estás interesado en probar la jacaranda debes asegurarte de solo usar las flores.
Para esto, debes lavarlas y desinfectarlas de manera adecuada, remover los pistilos y consumir con moderación y en dosis bajas.
Por último, es importante que acudas a un especialista médico antes de tomar cualquier decisión en el consumo de este o algún otro remedio herbolario.
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