La vitamina D brilla también para el corazón: lo que la ciencia ha descubierto

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La vitamina D brilla también para el corazón: lo que la ciencia ha descubierto

Nuevos estudios revelan que mantener buenos niveles de vitamina D puede ayudar a reducir el riesgo de infarto, especialmente en adultos mayores. Te contamos qué dice la ciencia y cómo obtenerla de forma segura.

Durante años, la vitamina D se asoció casi exclusivamente con los huesos. Sin embargo, nuevas investigaciones están revelando que también puede tener un papel importante en la salud del corazón.
¿La sorpresa? Algunos estudios sugieren que mantener buenos niveles de vitamina D podría reducir el riesgo de ataques cardíacos, especialmente en adultos mayores o personas con deficiencia.

Qué dice la ciencia

Un estudio realizado en Australia, llamado D-Health Trial, siguió a más de 21 mil adultos de entre 60 y 84 años durante cinco años. Los participantes que recibieron suplementos mensuales de vitamina D presentaron un 19% menos de infartos que los que tomaron placebo. El beneficio fue más notorio en personas que ya tenían factores de riesgo o tomaban medicamentos para el corazón.

En paralelo, investigaciones de la Universidad de Harvard y de la Organización Mundial de la Salud han observado que la falta de vitamina D está relacionada con una mayor inflamación y rigidez arterial, dos condiciones que pueden favorecer problemas cardíacos.


Eso sí, los expertos aclaran que la vitamina D no reemplaza los tratamientos ni previene por sí sola las enfermedades cardiovasculares, pero puede ser un buen apoyo dentro de un estilo de vida saludable.

Cuánta vitamina D necesitas

La OMS recomienda que los adultos consuman entre 600 y 800 UI diarias, mientras que los mayores de 70 años pueden requerir un poco más. Puedes obtenerla de tres maneras:

  1. Exponerte al sol entre 10 y 15 minutos al día, preferentemente antes del mediodía.
  2. Incluir alimentos ricos en vitamina D, como pescado graso (salmón, atún), yema de huevo, leche fortificada o champiñones.
  3. Suplementarte, siempre bajo supervisión médica, especialmente si tienes deficiencia diagnosticada.

¿Demasiada vitamina D? También es un riesgo

Aunque parezca tentador “reforzar el cuerpo” con suplementos, un exceso puede ser perjudicial. Tomar dosis muy altas sin control médico puede causar problemas renales, calcificación arterial o arritmias.
La clave está en el equilibrio: mantener niveles adecuados, no extremos.

La vitamina D puede ser una pieza más del rompecabezas cardiovascular, sobre todo en personas mayores o con niveles bajos. No es una cura mágica, pero sí una herramienta natural que, junto con una buena alimentación, ejercicio y descanso, puede marcar la diferencia.

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