Biólogo, explorador y socio de de la Iniciativa Perpetual Planet de Rolex, Steve Boyes, se enfoca en preservar los grandes espacios fluviales naturales África. ¡Conócelo!
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El biólogo sudafricano Steve Boyes ha liderado varias de las exploraciones más importantes de la última década en África, centradas en la preservación de los grandes espacios fluviales naturales del continente.
En entrevista con el también conservacionista y acreedor al premio Rolex National Geographic Explorer of the Year en 2019, nos ha compartido su largo periplo que han tenido que vivir él y su equipo para lograr esta impactante exploración que forma parte de la serie Gran Columna Vertebral de África dedicada a descubrir y conservar las fuentes montañosas de los principales ríos de África
Las expediciones de la Gran Columna Vertebral de África
Su enfoque ha sido precisamente en este sitio, que se considera uno de los humedales más importantes y biodiversos del mundo, ubicado en el Congo. Este ecosistema alberga una increíble cantidad de especies de flora y fauna, muchas de ellas en peligro de extinción: “hemos descubierto 154 nuevas especies para la ciencia. Hablo de antílopes, diversidad de mamíferos grandes; insectos, peces y otros cientos de especies hasta ahora descubiertos gracias a esta exploración. Es un impactante centro de endemismo que no se conocía hasta el siglo XXI”, asegura Boyes.
África: el continente más resiliente
Junto a un equipo multidisciplinario de científicos y exploradores, Steve Boyes ha recorrido miles de kilómetros en expediciones que se adentran en los rincones más remotos e inaccesibles de África. Equipados con tecnología avanzada, recopilan datos sobre biodiversidad, agua y el impacto humano, fundamentales para desarrollar estrategias de conservación.
“Lo que estamos descubriendo es que África, como continente, es mucho más resistente de lo que pensábamos a los impactos a largo plazo del cambio climático. Esta región ha significado durante años un santuario para cientos de rinocerontes, elefantes y leones. Mucho se debe también a las comunidades locales que viven tradicionalmente ahí y que están conectadas a la tierra, a la naturaleza. Eso lo comenzamos a entender a partir de que iniciamos la exploración y lo más impresionante es que estos pueblos indígenas han decido quedarse a pesar de cualquier circunstancia. Y precisamente ellos mantienen viva a la región. Es lo que siempre digo, la tradición y las costumbres son mucho más valiosas que la lengua”.
Y continúa: “Insertándonos en la zona y hablando con los indígenas, fue también como encontramos un hallazgo impresionante: la gran fuente de agua proveniente del río Congo que llegas hasta las tierras altas de Angola. De aquí se abastecen millones de personas y es considerado el segundo río más grande en África”.
Un entorno sumamente peligroso
La gigantesca expedición se desarrolla en unas de las condiciones más exigentes a las que Boyes —socio de la Iniciativa Perpetual Planet de Rolex y Explorador de National Geographic— se ha enfrentado hasta la fecha.
Y con esto se refiere a “vegetación densa, rápidos peligrosos, innumerables picaduras de abeja… son obstáculos o retos que tenemos que enfrentar día a día junto con mi valiente equipo que nunca desiste. Lo fundamental es que nunca olvidamos nuestro objetivo: entender y documentar el río Cassai, uno de los afluentes clave del río Congo”.
“Actualmente tenemos 4 expediciones en marcha, en la que participan jóvenes de unos 20 años. Y claro, contamos con un gran equipo de primero auxilios y, digamos, que toda la ciencia y la tecnología está de nuestro lado. Tenemos a los mejores pescadores y cazadores que nos guían por zonas desconocidas. Aún así tenemos que lidiar con animales peligrosos, lesiones físicas dolorosas, malaria, aguas del río que son implacables, cocodrilos que muerden nuestros barcos. Es inmensamente peligroso lo que hacemos, pero al final todos tenemos un objetivo común que nos lleva a investigar más y más sobre la fuente de agua, la fuente de vida”, explica Boyes.
Preservando el medio ambiente y las comunidades
El legado de Steve Boyes va más allá de la investigación científica: su enfoque en la participación de comunidades locales asegura que los esfuerzos de conservación no solo preserven el medioambiente, sino que también mejoren la vida de quienes dependen de él.
Su trabajo ha generado conciencia global sobre la necesidad urgente de proteger estos ecosistemas clave para el futuro del planeta.
Steve Boyes se ha consolidado como una de las voces más influyentes en la conservación de la naturaleza en África. Y su trabajo sigue siendo crucial para proteger algunos de los últimos refugios verdaderamente salvajes del mundo.
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