La basura espacial se ha vuelto un problema y los expertos trabajan a marchas forzadas para encontrar una solución. Un choche sería catastrófico para todos.
La basura espacial se ha vuelto un problema y los expertos trabajan a marchas forzadas para encontrar una solución. En el gremio científico causa pesadillas la posibilidad de un choque.
Algo que estuvo cerca de suceder en octubre del año pasado con un satélite ruso de 1989 y un cohete chino lanzado en 2009. Por fortuna no sucedió, pero la basura espacial es tal que no se descarta que sí pueda ocurrir en futuro no tan lejano.
La NASA señaló el año pasado que cree que existen cerca de 20.000 objetos orbitando alrededor de la tierra y poco más de 2,200 son satélites operativos.
Para revertir esta situación, desde Japón están trabajando el primer satélite cuya carcasa está fabricada en madera. Al estar hechos de un material biodegradable, los satélites no quedarían suspendidos para siempre y a su regreso a la Tierra se desintegrarían.
“Estamos muy preocupados por el hecho de que todos los satélites que vuelven a entrar en la atmósfera de la Tierra se queman y crean pequeñas partículas de alúmina que flotarán en la atmósfera superior durante muchos años“, explicó Takao Doi, profesor de la Universidad de Kioto y astronauta, a la BBC.
Madera, solución para evitar más basura espacial
De esta manera, el problema de la basura espacial quedaría resuelto en un primer momento ya que aún debemos pensar en todos los cadáveres electrónicos que se encuentran en la órbita.
Por supuesto, estos satélites no estarán hechos con la misma madera con la que se hace un clóset o una cajonera. Se trata de una madera especial que es altamente resistente a cambios bruscos de temperatura.
La empresa que está desarrollando el proyecto se llama Sumitomo Forestry y tienen la encomienda (junto con la universidad de Kioto) de crear alternativas sustentables que funcionen en el desarrollo de los nuevos satélites japoneses.
Si bien el proyecto está en una etapa inicial, todavía falta la ingeniería que requiere el satélite y todo lo relacionado con su vuelo. No obstante, las expectativas son muy positivas.
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