Un recordatorio para el mundo: se puede vivir con VIH sin contagiar el virus gracias a los tratamientos actuales. La criminalización por VIH debe terminar.
Como si aún viviéramos en los años 80, cuando no se sabía nada sobre el VIH, en varias partes del mundo sigue la criminalización de las personas que viven con el VIH por el simple hecho de ser “un peligro para la sociedad”. Afortunadamente, en la Ciudad de México se busca despenalizar vivir con este virus.
Una diputada propuso eliminar el castigo para las personas que son portadoras del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), sin que hayan llevado a cabo una acción dolosa.
“De acuerdo con ONUSIDA, no hay datos que comprueben que estas medidas generen justicia o que se prevenga la transmisión del virus. Al contrario, la criminalización vulnera la salud pública y los derechos humanos”, señaló la diputada Ana Francis López.
Según el reporte de la organización Letra Ese, en México se han llevado 20 procesos legales en contra de personas que viven con VIH y otras infecciones de transmisión sexual de 2000 a 2016.
La iniciativa que pretende reformar el Artículo 76 y se deroga el Artículo 159 del Código Penal de la Ciudad de México, con el propósito de eliminar la ambigüedad de la definición de las conductas incriminatorias, ya que el peligro de contagio no requiere específicamente generar un daño, lesión o la transmisión de la enfermedad.
Recordemos que vivir con VIH no significa poner en riesgo a las parejas sexuales de esa persona, en caso de que se usen métodos de protección y si la persona se encuentra en tratamiento de retrovirales.
Gracias a los nuevos tratamientos de retrovirales, una persona puede pasar a grado “indetectable”, lo que significa que el virus no se encuentra activo en el organismo y, por lo tanto, el riesgo de contagio se reduce prácticamente a cero.
La criminalización que enfrentan las personas con VIH
En junio de 2021, se dio a conocer la detención de un hombre, identificado como Juan “N”, por no haberle dicho a su pareja sexual que tenía VIH. La mujer descubrió que su pareja tenía medicamentos contra el VIH y acudió a presentar la denuncia, por el “delito de contagio”.
Sin embargo, la mujer que denunció a su pareja salió negativa en las pruebas de VIH (claro, porque el virus de su pareja era indetectable gracias al tratamiento de retrovirales) pero el hombre sigue en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.
En Chihuahua también se conoció el caso de una persona que pasó 12 meses en prisión porque vivía con VIH, sífilis y hepatitis C sin haber transmitido alguna a nadie: solo por el hecho de vivir con dichas enfermedades y, según la policía, poner en riesgo la salud pública.
Y en Sonora, dos personas más fueron encarceladas pese a que tampoco se demostró que habían contagiado a nadie. Una de ellas dejó de recibir su tratamiento de retrovirales en la cárcel y falleció por complicaciones del virus, mientras que a la otra persona se le condenó por 10 años y 3 meses.
A la propuesta también se sumaron los diputados Temístocles Villanueva Ramos y Miguel Ángel Macedo Escartín, ambos igual del mismo partido, que buscan prohibir la criminalización del VIH.
La Unión Inter-Parlamentaria sugiere que la acción penal sólo debe ser considerada cuando un individuo, de manera intencional, exponga a otros a un riesgo considerable de infección.
Pero, ¿cuáles son estos límites para saber si una persona contagió intencionalmente o no a otra? ¿No es esta una definición de delito demasiado ambigua y que deja sin protección a las personas que viven con VIH y que reciben su tratamiento?
Y sigue la discriminación contra las personas con VIH
De acuerdo con Letra Ese, en los códigos civiles de Baja California Sur y Coahuila se menciona que tener el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es uno de los motivos por los cuales una persona no puede casarse.
En Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Durango, Oaxaca y Tamaulipas se menciona de manera explícita a la sífilis.
Las demás legislaciones estatales y el Código Civil Federal establecen que no podrá casarse quien padezca alguna enfermedad infecciosa o incurable, sin especificar el tipo, siendo la CDMX única entidad donde no se pide un certificado de salud para contraer nupcias.
Si vas a un laboratorio médico, existen “paquetes prenupciales” que detectan enfermedades de transmisión sexual. Ojalá estos estudios se realizaran por común acuerdo en la pareja y que el resultado no afectara la decisión de las personas para seguir con el plan de la boda. Pero ahora sabemos que no es así.
Es muy triste saber que vivir con un virus sea motivo de discriminación, sobre todo por la ignorancia que hay sobre el VIH y los tratamientos que hoy existen para garantizar una vida plena y segura para las parejas sexuales.
Urge más información para abolir la criminalización del VIH, un virus que, como cualquier otro, puede afectar a cualquier persona y que no precisamente significa: condena de muerte.
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