La tribu Wayuu está probando estas linternas ecológicas para remediar la falta de acceso a energía eléctrica en la península Guajira.
La península de la Guajira, un desierto costero que comparte territorio entre Colombia y Venezuela, es un área donde el acceso a la electricidad es limitado. Pero sus habitantes ahora tienen acceso a linternas que se cargan con algo que allá tienen de sobra: agua salada.
Esta linterna, llamada WaterLight, está diseñada para llenarse con alrededor de dos tazas de agua de mar. Los electrolitos del agua reaccionan con el magnesio a la luz para generar una reacción simple que genera electricidad.
“Con una sola carga, se puede usar durante unos 45 días, dependiendo de cuánto lo uses”, dice Pipe Ruiz, director creativo ejecutivo de Wunderman Thompson Colombia, una agencia creativa que trabajó en el diseño junto con E-Dina, una Startup colombiana de energía renovable.
Cuando la linterna necesita otra carga, simplemente se vuelve a llenar con agua. Y, debido a que el proceso separa la sal del agua, el agua de mar en el dispositivo también se puede usar más adelante para cocinar.
Los habitantes, que pertenecen a la tribu Wayuu, están probando estas linternas ecológicas en sus embarcaciones para poder pescar de noche. Además, la linterna también puede cargar un teléfono móvil o una pequeña radio (aunque muy lentamente).
Al igual que las linternas solares pequeñas similares, el diseño permite tener acceso a electricidad y a luz en lugares fuera de la red eléctrica, reemplazando las tradicionales linternas de queroseno.
“Vemos que millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a la electricidad en las costas”, dice Pipe Ruiz. “Pero en realidad tienen acceso a los océanos”.
Solo hay dos problemas. El primero es que, por ahora, el dispositivo es algo caro: su precio oscila entre 60 y 100 dólares por linterna, en comparación con las linternas solares que cuestan varias veces menos. Sin embargo, los diseñadores ya planean distribuirlas a través de organizaciones sin fines de lucro y gobiernos.
El segundo: no son eternas. Una linterna rinde una vida de uso de 5,600 horas, que puede significar dos o tres años de uso. Menos mal que el material se puede reciclar.
El acceso a electricidad es un problema serio en el mundo
La Agencia Internacional de Energía estima que aproximadamente 1,100 millones de personas en el mundo todavía viven sin acceso a electricidad. Más del 95% de estas personas se encuentran en África subsahariana o en Asia en desarrollo.
En estas partes del mundo, casi toda la mano de obra rural aún no cuenta con maquinaria para realizar su labor. Las velas son la única fuente de luz disponible cuando se termina el día.
Por otro lado, la Agencia de Protección Ambiental asegura que la energía eléctrica causa más de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que reducir la electricidad que obtenemos de la red significa reducir las emisiones de carbono.
Dado que la construcción de la infraestructura necesaria para conectar las aldeas rurales y remotas a la red aún llevará mucho tiempo, la energía solar sería una solución viable y muy necesaria para remediar el acceso a electricidad en varias zonas del mundo.
Los sistemas de energía fotovoltaica (PV), pequeños y económicos, pueden proporcionar a los hogares 12 horas de luz durante la noche, lo que permite a las personas hacer más con sus horas de vigilia sin costo adicional. Además, la energía solar tiene el potencial de tener un impacto positivo sustancial en la huella de CO2.
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