Gracias a un interesante descubrimiento, un tipo de gusano de la familia de los escarabajos puede degradar plásticos que duran cientos de años.
Para muchas personas, el solo hecho de escuchar la palabra gusano o de evocar la forma de este animal, puede causar repulsión. No así para quienes viven preocupados u ocupados por preservar el medio ambiente.
La Sociedad Americana de Química (ACS, por sus siglas en inglés), ha descubierto que los Zophobas astratus, es un género de escarabajos de la familia Tenebrionidae que poseen una habilidad que los hace tremendamente especiales: pueden degradar el poliestireno.
El poliestireno es un plástico versátil usado para fabricar una amplia variedad de productos de consumo. Dado que es un plástico duro y sólido, se usa frecuentemente en productos que requieren transparencia, tales como envases de alimentos y equipos de laboratorio.
Cuando se deposita en vertederos o se abandona en la naturaleza, tarda varios cientos de años en descomponerse por completo.
Varios estudios han evidenciado que especies de gusanos como los de la harina o los súpergusanos podían ingerir y degradar el poliestireno en unas pocas semanas.
Gusanos que comen plástico
Según Jiajojie Li y Dae-Hwan, autores del estudio titulado Biodegradation of Polystyrene by Pseudomonas sp. Isolated from the Gut of Superworms (Larvae of Zophobas atratus) esta habilidad recién descubierta está relacionada con una cepa de bacterias que habita en el sistema digestivo de las larvas.
Cada año se producen en el mundo 300 millones de toneladas de plástico, que en su mayoría, son imposibles de degradar. Lo cual propicia las altas cifras de basura y otros problemas ambientales.
Pero tal vez la respuesta se encuentre en la naturaleza, ya que en 2017, Federica Bertocchini, investigadora científica y apicultora, descubrió una plaga de gusanos de cera en sus colmenas. Ella retiró los gusanos y los colocó en una bolsa de plástico para después moverlos a otro espacio, después de un corto tiempo notó que los gusanos habían abierto la bolsa y escapado.
Esto llevó a la científica y a sus colegas del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria a iniciar una investigación con este tipo de gusano. El estudio arrojó que el gusano probablemente produce una enzima que puede degradar el plástico, a través del consumo o el contacto con la crisálida de la oruga. Durante la noche, cien gusanos de cera degradaron 92 miligramos de una bolsa de plástico. ¡Increíble pero cierto!
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