Si Bob Ross decía que en la pintura no había errores sino “accidentes felices”, ¿pasará lo mismo en su edición de Monopoly?
Es un juego tan versátil que tiene ediciones de M&M’s, Marvel, Mario Bros., Game of Thrones, Harry Potter y muchos más temas. Pero esta vez, este ícono de Hasbro nos sorprendió con algo tan inverosímil como encantador: un Monopoly de Bob Ross.
Sí, el mismísimo protagonista de El placer de pintar será nuestro guía en este juego de mesa que, basado en el intercambio y compraventa de bienes raíces nos enseña las leyes del capitalismo. Los figurines para avanzar en el juego son un caballete, una paleta de pintura, una cerca clásica en sus paisajes y, por supuesto, árboles, lechuzas y ardillas felices.
El tablero muestra el retrato del famoso pintor que nos enseñó las bases de la técnica al óleo en televisión. Al fondo se puede ver uno de sus clásicos paisajes, que también aparecen en las casillas. Y las tarjetas del Monopoly clásico llamadas “Arca comunal” y “Fortuna” son sustituidas por “El placer de pintar” y “Accidentes felices”. Además, las propiedades son paisajes de Ross en los que puedes poner cabañas y puentes en lugar de casas y hoteles. Por supuesto las reglas básicas del juego no cambian. Pero al menos se hacen de un lenguaje más tierno y hasta entrañable para quienes crecimos viendo a Ross en la televisión.
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¿Por qué un Monopoly de Bob Ross?
Monopoly sabe el potencial que tiene este juego, ya que la nostalgia por Bob Ross lo ha convertido en un personaje de culto del siglo XXI. Ross falleció en 1995, un año después de que su programa dejó de emitirse. Pero entonces llegó internet y los programas, que además fueron retransmitidos hasta el cansancio, se volvieron tan populares en YouTube. En especial entre el público más joven, por lo que hay hasta hay un Funko Pop del pintor y muchísima parafernalia alrededor suyo y de su imaginario (los árboles y ardillas felices, las montañas nevadas, las cabañas donde seguramente “vive un amigo”). Así que este juego quizá nos dé la oportunidad de tener partidas de Monopoly más relajadas. Por ejemplo, podremos considerar a las bancarrotas y los impuestos “solo accidentes felices” que le dan más color a la pintura. ¡Felices trazos!
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