Nuestra experta Jessica González Castro sugiere que el veganismo sería el mejor camino para un futuro sostenible. Veamos porqué…
Durante este mes en el cual se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, es importante reflexionar sobre nuestras elecciones diarias y cómo impactan nuestro planeta. Si bien hay muchas formas de abordar la sostenibilidad, el veganismo se destaca como una de las opciones más poderosas y efectivas para proteger nuestro entorno natural.
Al adoptar una alimentación vegana y otros hábitos, no sólo defendemos los derechos de los animales, sino que también contribuimos a mitigar el cambio climático, proteger los recursos naturales y abordar las desigualdades sociales.
Cambio climático
El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrentamos como sociedad. La agricultura animal es una de las principales causas de emisiones de gases de efecto invernadero, superando incluso al sector del transporte. La cría de animales para consumo humano requiere una gran cantidad de recursos, como tierra, agua y alimentos, lo que lleva a la deforestación, la escasez de agua y la degradación del suelo. Al optar por una alimentación vegana, reducimos significativamente nuestra huella de carbono y ayudamos a frenar el calentamiento global.
Recursos naturales
La producción de carne y lácteos requiere una cantidad desproporcionada de recursos en comparación con la producción de alimentos vegetales. Por ejemplo, se necesitan aproximadamente 15,000 litros de agua para producir 1 kilogramo de carne de res, en comparación con solo 1,000 litros para producir 1 kilogramo de trigo. Además, la expansión de la industria ganadera ha llevado a la deforestación masiva. Esto provoca la destrucción de hábitats naturales, despojo de comunidades indígenas y contribuyendo a la pérdida de biodiversidad. Al elegir alimentos veganos, estamos preservando valiosos recursos naturales y protegiendo la diversidad de nuestro planeta.
Industria de la moda
La industria de la moda utiliza una gran cantidad de productos de origen animal, como cuero, piel, lana y seda. La producción de estos materiales no solo implica el sufrimiento de millones de animales, sino que también tiene consecuencias devastadoras para el medio ambiente. Por ejemplo, la producción de cuero contribuye a la deforestación y a la emisión de gases de efecto invernadero, mientras que la producción de lana y seda requiere grandes cantidades de agua y productos químicos.
Es fundamental comprender que nuestras elecciones de consumo tienen un impacto profundo en el medio ambiente y en la vida de los animales. Al elegir productos veganos y sostenibles, estamos enviando un mensaje claro a las industrias de que deseamos un cambio hacia prácticas más éticas y respetuosas con el entorno natural. Con cada compra, podemos respaldar marcas y empresas que se preocupan por la protección del planeta y los derechos de los animales y alentar a otras a seguir su ejemplo.
Al cambiar estos hábitos y elegir opciones conscientes en todas las industrias que explotan a los animales, estamos dando pasos significativos hacia un futuro más justo y respetuoso con el planeta.
Sobre la autora
Jessica González Castro, autora de esta columna, es Directora en México de Generación Vegana (Gen V), organización sin fines de lucro. Estudió la licenciatura en Administración de Empresas de Hospitalidad en la Universidad del Valle de México. Es fundadora del primer centro comunitario vegano en México, Casa Animal. Y emprendedora social de diferentes proyectos veganos.
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