Tesla y Samsung se asocian para desarrollar chips avanzados que impulsarán el futuro del auto eléctrico. Inversión de 16,500 millones de dólares apunta a mayor autonomía y conducción autónoma.
Tesla y Samsung han unido fuerzas en una colaboración que podría cambiar el rumbo de la movilidad eléctrica. Ambas compañías planean desarrollar chips avanzados para mejorar el rendimiento de los autos eléctricos, con énfasis en la conducción autónoma.
La inversión asciende a 16,500 millones de dólares y se destinará a la fabricación de chips de 4 nanómetros (nm), una de las tecnologías más avanzadas en la actualidad.
¿Qué implica esta colaboración?
Samsung Foundry, la división de semiconductores de la empresa surcoreana, fabricará los nuevos procesadores que Tesla integrará en sus vehículos. Estos chips serán el corazón de los sistemas de conducción autónoma, gestión energética y procesamiento en tiempo real.
Además, permitirán a Tesla reducir su dependencia de Nvidia, que actualmente provee parte del hardware para sus sistemas de asistencia al conductor como FSD (Full Self-Driving).
¿Por qué estos chips son tan importantes?
Los chips de 4 nm permiten mayor potencia de procesamiento con menor consumo de energía. Esto se traduce en autos más inteligentes, con respuestas más rápidas y una mejor eficiencia en batería. Es clave para la expansión de funciones como el piloto automático, el reconocimiento de objetos y el procesamiento de mapas en tiempo real.
Según Bloomberg, Samsung busca con esta alianza fortalecer su posición frente a competidores como TSMC, que domina el mercado global de semiconductores avanzados.
Un movimiento estratégico
Esta alianza no es casualidad. Tesla ha mostrado interés desde hace años en diseñar sus propios chips para ganar control sobre su tecnología y reducir costos. Samsung, por su parte, quiere diversificar su cartera de clientes y consolidarse como líder en chips para la industria automotriz.
Ambas empresas comparten un objetivo: impulsar la movilidad del futuro mediante innovación tecnológica.
¿Qué podemos esperar?
Se espera que los primeros chips estén listos para su integración en nuevos modelos de Tesla a partir de 2026, aunque el desarrollo y pruebas podrían iniciar este año. Con esta tecnología, los autos eléctricos podrían alcanzar niveles superiores de autonomía y rendimiento.
Además, Tesla podría utilizar estos chips para nuevos proyectos, como el Robotaxi y el rediseñado Model 2, un auto compacto con precio accesible que aún está en desarrollo.
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