Por donde le veas siempre habrá algo a favor del ejercicio. Salvo algunas excepciones, generalmente solo beneficios tendremos. Dormir mejor es uno de ellos.
Bajar de peso o mantenerte, regular la glucosa, tonificar músculo, desarrollar mejores capacidades motoras, aliviar estrés, tensión y ansiedad…, a todo eso suma que hacer ejercicio ayuda mejorar la calidad del sueño.
Ejercicio y sueño: los mejores aliados
Hablamos de dormir, pero de dormir mejor. El ejercicio se ha revelado como el BFF de un sueño tranquilo, de calidad y bien aprovechado y viceversa. Por citar un ejemplo, Usain Bolt –superestrella del sprint de 100 metros– tomó una siesta 30 minutos antes de romper el récord mundial y sí, ganó y sigue ganando.
Incluso, en Reino Unido un sueñito o las famosas siesta reparadoras pueden ser algo obligatorio para rendir mejor. Dormir menos de ocho horas cansa de un 10 – 30% más rápido de lo habitual, baja nuestra fuerza muscular y los niveles de oxígeno se reducen. Pues decíamos, y viceversa, el ejercicio también ayuda a que logres muchas cosas buenas para tu bienestar integral.
Hábitos para vivir mejor
Pero hablamos de buenos hábitos (no de los que nos gustan tanto y abusamos). La verdad, el mejor de ellos es el ejercicio.
Por donde lo veas, si lo practicas por tu cuenta o con asesoría de un experto, notarás el cambio. Éste estimula la liberación de la hormona del estrés: cortisol, como decíamos y ya con eso, el cuerpo, la mente, empiezan con el “relajado, relajado, relajado”. También esta hormona activa el mecanismo de alerta en el cerebro, por lo que hacer ejercicio y liberarla regularmente mejorará la calidad de su sueño.
Otra de las ventajas que tenemos al hacer ejercicio durante el día es que quema calorías y agota nuestras reservas energéticas. Por lo que dormir bien es indispensable y al estar agotados tu cuerpo conciliará mejor y más rápidamente el sueño de calidad. Necesitaremos dormir bien para recuperar la energía, restaurando también así tejidos corporales. Las teorías sugieren que la duración total del sueño y la cantidad de sueño profundo van de la mano con el gasto de energía.
Así que ya sabes, ponte a entrenar o haz una caminata mínima de 30 minutos diarios, pase lo que pase.
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