Te presentamos algunos datos por los que admiramos el trabajo de Diébédo Francis Kéré. ¡Es de verdad un genio de la arquitectura!
Diébédo, en idioma mossi, significa “el que vino a organizar las cosas”. Quizás sea el mejor nombre que pudo tener el más reciente ganador del Premio Pritzker, el arquitecto Diébédo Francis Kéré.
Keré, como casi todo mundo lo conoce, obtuvo el máximo galardón en el mundo de la arquitectura gracias al sentido social de sus obras. Además, es el primer arquitecto negro y el primer africano en ganar esta presea.
Nació en el pueblo de Gando, Burkina Faso, en 1965. Es importante entender su contexto: creció en un pueblo que no tenía acceso a agua pública ni electricidad. Y donde la tasa de alfabetización estaba por debajo del promedio nacional del 25%.
De hecho, Diébédo Francis Kéré fue el primero en su comunidad en asistir a la escuela. Como no había equipamiento educativo en la zona, a los 7 años se fue a vivir con su tío al pueblo más cercano.
En 1985 se mudó a Berlín con una beca de carpintería y allí aprendió a hacer techos y muebles mientras asistía a clases nocturnas. Diez años después, en 1995, recibió otra beca, esta vez para estudiar arquitectura en la Technische Universität Berlin, uno de los centros educativos más prestigiosos de Europa.
En 1998, con la ayuda de colegas de la facultad, fundó la asociación Schulbausteine für Gando (ahora llamada Kéré Foundation), una organización sin fines de lucro dedicada a proyectos de construcción en el pueblo de Gando. Y en 2005 fundó su oficina Kéré Architecture, actualmente con sedes en Alemania y Burkina Faso.
Los inicios de Diébédo Francis Kéré
Su primer edificio fue la Escuela Primaria Gando, que realizó en 2001, cuando todavía estudiaba la universidad. El proyecto fue reconocido en 2004 con el prestigioso Premio Aga Khan, por obras construidas en países con una importante presencia musulmana.
Desde entonces, el trabajo de este ganador del premio Pritzker se caracteriza por incorporar mano de obra local en las obras de construcción. Y es él mismo quien los capacita.
Además de construir en África, Kéré tiene proyectos en Dinamarca, Alemania, Italia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. Algunas de sus obras más significativas son el Xilema Pavilion (2019, Montana, Estados Unidos), Lycee Schorge High School (2016, Koudougou, Burkina Faso) y el Mali National Park (2010, Bamako, Mali).
Kéré tiene múltiples premios y reconocimientos en el campo de la arquitectura. Basta mencionar el Premio Global de Arquitectura Sostenible, el Global Holcim Awards Gold y la Medalla de la Fundación Thomas Jefferson en Arquitectura. Y claro, el ya mencionado premio Pritzker.
3 razones por las que admiramos a Diébédo Francis Kéré
1. Su gran compromiso social
La trayectoria profesional de Diébédo Francis Kéré está fuertemente moldeada por su propia biografía. Su premio no es un galardón a la meritocracia ni una forma de satisfacer lo políticamente correcto, sino a sus principios arquitectónicos con un enfoque 100% al servicio de la sociedad.
Keré capacita a los vecinos en vez de traer trabajadores calificados desde otros puntos de Burkina Faso. De esta forma, les brinda una mejor posibilidad de vida a futuro, en un país con altos índices de pobreza y falta de educación profesional.
2. Uso de materiales sostenibles en sus obras
La arcilla es uno de los materiales orgánicos más utilizados en los trabajos arquitectónicos de Diébédo Francis Kéré. Pero usarlo no fue tan sencillo como parece, pues en Burkina Faso se considera uno de los peores materiales para la construcción.
Así que Keré tuvo que hacer una labor de convencimiento de que era seguro utilizar barro para construir edificios. Una vez que lo consiguió, le enseñó a los trabajadores a crear ladrillos de arcilla para hacer las construcciones, aplicando las mismas técnicas milenarias que usan los artesanos locales.
Además, en las obras de Diébédo Francis Kéré utiliza eucalipto y maderas locales de origen sostenible, lo cual no sólo le da un sentido local de pertenencia, sino que fomenta la arquitectura sostenible.
3. Es el primer africano y la primera persona negra en ganar este premio
La elección de Kéré no solo es simbólica en una época de demandas identitarias, donde se exige a las instituciones que integran lo mainstream a representar de manera más fidedigna las realidades sociales, culturales y sexuales que integran nuestras sociedades, sino que también confirma el reciente giro del jurado del Premio Pritzker.
Que sea la primera persona negra reconocida con este galardón nos llena de orgullo: por él, por la representatividad y por ser una señal de nuevos tiempos más diversos.
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