A mediados de marzo, Thorson entró a un retiro budista en la Academia Monástica de Lowell, Vermont, Massachusetts, al noreste de Estados Unidos.
En otro momento, la experiencia de Daniel Thorson no hubiera trascendido más allá de él mismo y su transformación personal. Sin embargo, en medio de la pandemia del COVID-19 y el periodo de cuarentena y distanciamiento social derivado de ésta, Thorson emergió de su encierro hacia un mundo que no era el mismo del que se había apartado.
Durante 75 días se dedicó a meditar en una cabaña en el remoto noreste de Vermont, donde forma parte de una comunidad monástica budista. Fue el pasado 23 de mayo cuando se reincorporó a la sociedad luego de una ausencia de dos meses y medio.
Daniel Thorson tiene un podcast y también se dedica a filosofar en línea. Durante su retiro pasaron 75 días de noticias de las que no se enteró en el momento. Dos horas después de haber terminado, inició sesión en Twitter en donde escribió: “He regresado luego de 75 días en silencio. ¿Me perdí de algo?”.
La vida normal, o no tanto…
Thorson, de 33 años, tuvo la semana más extraña al regresar y tratar de ponerse al día con todos los cambios que habían tenido lugar durante su ausencia. Desde la hospitalización de Boris Johnson, hasta la nueva relación amorosa de su prima luego de varias citas a distancia.
Regresar a la vida diaria, con su madre, con el supermercado, con internet, ha sido por momentos placentero, otras veces intenso. Algunas personas lo han buscado para hablar con él.
Fue comparado con Rip Van Winkle, el personaje ficticio que se duerme en las montañas de Catskills y despierta 20 años después para descubrir que su barba es demasiado larga y que Estados Unidos ya no es gobernado por la Corona Británica.
Ni el calentamiento global, ni la selecciones presidenciales en Estados Unidos, eran temas de conversación ahora. Todo había sido eclipsado por un solo tema de conversación, el coronavirus. Durante su primera semana de regreso, lo asaltó la confusión, pues ciudades estadounidenses estallaron en protestas por la muerte de George Floyd.
“Mientras estaba en retiro, hubo una experiencia emocional traumática colectiva de la que no formaba parte”, dijo, el segundo día. “¿Hasta qué punto tengo que reconstruirlo?”.
Te puede interesar: La fatiga de cuarentena existe, así puedes lidiar con ella
Los eventos actuales no asustaron a Thorson, pues desde antes de graduarse de la universidad, fue organizador de Occupy Wall Street, acampando en el parque Zuccotti en el Bajo Manhattan e interactuando con los peatones. Además en su podcast “Emerge” explora la próxima fase del experimento humano.
Tras abandonar el centro de meditación, se dirigió a una estación de servicio donde todo parecía normal. Sin embargo, al aventurarse a entrar en un supermercado lo que encontró fue ansiedad. Se dio cuenta de que la gente lo miraba como una amenaza, pues no había captado el distanciamiento social. Al inicio, Thorson se preguntaba: “¿Qué hice?”
Pensó que al sumergirse en su mundo en línea encontraría el entorno que siempre considero ‘nutritivo’. Pero cuando revisó dos meses y medio de publicaciones de personas que admira, descubrió que solo hablaban de una cosa. “Todo el mundo tiene opiniones diferentes, sobre todo: cuán peligroso es, cuál debería haber sido la respuesta, cómo va, si necesitamos aislar o no, cómo tratarlo si lo tienes”.
Parte de él se pregunta si es necesario ponerse al día con el clamor y la disputa de los últimos meses. Ha retrocedido un poco, particularmente con internet, incluso, reconsideró el uso de su teléfono celular.
“Me siento como una rareza, como una curiosidad” dijo. “No sé qué esperan que diga”.