La industria de la moda cambia de manera constante, esto ha frenado la transformación a un modo sustentable necesario ante la pandemia por coronavirus.
Hasta ahora, la moda ha sido una de las industrias más sucias del mundo, y ha reconocido su gran responsabilidad con el medio ambiente. Fue así que en 2010 se formó la Sustainable Apparel Coalition (SAC), una alternativa de moda sustentable.
La SAC, conformada por más de 250 miembros, busca generar un cambio en la industria de la moda y así lograr que no se produzcan daños ambientales innecesarios. Sin embrago, esto representa un reto aún mayor ante la pandemia mundial por el nuevo coronavirus.
Dar vida a una industria de la moda sustentable se ha convertido en un proyecto ambicioso debido a la velocidad de producción a la que va, por lo tanto los avances en esta transformación han sido lentos.
“Las compañías de moda no están implementando soluciones sostenibles lo suficientemente rápido como para contrarrestar los impactos ambientales y sociales negativos de la industria de la moda”, informa The Global Fashion Agenda en su estudio Pulse of the Fashion Industry 2019.
La pandemia mundial del coronavirus ha puesto la sustentabilidad en primer plano; al volverse una amenaza inmediata contra la salud, demuestra que dependemos de un medio ambiente sano. Por ello, la industria de la moda no puede enfermar más al planeta y tiene que agilizar las medidas para cambiar su modo de producción.
La sustentabilidad suspendida
La industria de la moda se ha visto obligada a pausar esta transformación urgente. Empresas disminuyeron sus ventas a nivel mundial y la mayoría de las compañías trata de sobrevivir enfocándose en proteger su liquidez y a su gente. Consecuentemente, la sustentabilidad se ha quedado atrás.
En este punto, ser sostenible es decisivo para las marcas pues aunque el virus no está relacionado directamente con ello, aumentará la atención en serlo. Desde los consumidores hasta los empleados que trabajen en este rubro en un futuro no muy lejano buscarán el bien para el planeta.
El tiempo que las personas pasan en casa actualmente, ha provocado un reacomodo de las prioridades que se reflejará en sus estilos de vida futuros. Esto quiere decir que buscarán marcas confiables y que aporten al bien colectivo, especialmente en categorías como la moda y la belleza.
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No es demasiado tarde
Sarah Willersdorf, socia de The Boston Consulting Group, asegura que ser sustentable será esencial para la economía a largo plazo en la industria de la moda.
“Esto se debe en parte a un impacto positivo a largo plazo en la cadena de suministro, de lo contrario esperamos que haya un mayor costo de mano de obra y otros recursos”, dice.
El impacto positivo a largo plazo será posible mediante la experiencia de los modelos comerciales existentes y las nuevas prácticas que reduzcan riesgos y resuelvan problemas ambientales.