Aunque es deliciosa, usar la miel de abejas para consumo humano puede tener consecuencias desastrozas; nuestra experta Jessica González Castro nos explica…
El veganismo busca reducir el sufrimiento de todos los animales sintientes, sin importar su especie, por lo que la miel, al ser un producto de origen animal, no es un “alimento” que las personas veganas consuman, considerando la cantidad de alternativas de origen vegetal que existen.
La mayoría de las personas consumen miel de abejas porque desconocen el sufrimiento que conlleva la creación de este producto. ¿De dónde viene la miel? ¿Está mal consumirla? ¿A quién le hacemos daño?
5 razones por las que no deberíamos consumir miel de abejas
Con estas 5 razones esperamos que las personas puedan crear conciencia y protejan a las abejas, que tanto nos necesitan.
1. La miel no existe para alimentar a las personas, la miel es fundamental para la colmena de las abejas. Comerla es apropiarnos de su alimento y recursos. Estos productos siempre se venden como naturales y con beneficios para nuestra salud, pero estas sustancias son relevantes para la colmena de las abejas y apropiarse de ellas significa privar a las abejas de su alimento y recursos.
2. Las abejas disponen de un sistema nervioso complejo, así como el de cualquier otro animal, son seres sintientes y también muestran patrones de comunicación que permiten a las abejas obreras transmitir a sus pares la dirección y distancia de la fuente de polen. Estos insectos se orientan con el sol, ya que ajustan su brújula interna a los movimientos solares. Maravillosas ¿no?
Evitemos las colmenas artificiales
3. La mayor parte de la miel de abejas para consumo humano viene de fábricas en donde se somete a las abejas a pesticidas, manipulación genética, medicamentos. Alimentación artificial y muchas otras prácticas tortuosas.
4. Las abejas pueden sufrir o morir en los viajes cuando se les transporta. Para aprovechar la oportunidad de polinización, los apicultores que viajan, llevan a las abejas a colmenas artificiales que serán transportadas por todo el país, en viajes que toman días. Durante este tiempo los animales son sometidos a ruidos escandalosos, vibraciones y mucho calor, además de que no cuentan con suficiente, si acaso alguna, ventilación. Y como las abejas no orinan o defecan dentro de sus colmenas, son forzadas a “aguantarse”. Muchas abejas, y a veces colonias enteras, mueren por esta tortura.
5. En libertad, una abeja reina puede vivir hasta 5 años. En la industria apícola se las “reemplaza” cada 1 o 2. ¡No es justo!
Explotar a las abejas para que produzcan miel y otros productos que consumimos no es solo malo para ellas, también pone en peligro ecosistemas que dependen de su salud y supervivencia. No nos olvidemos de que las abejas cumplen una función clave polinizando flores y permitiendo que existan cerca del 85% de las plantas que dan frutos; la mayoría de estos son alimentos de los cuales dependemos. Las abejas son indispensables en el mantenimiento de la biodiversidad en el planeta.
Entonces, ¿vale la pena poner en peligro el sistema alimentario natural de todo el planeta solo por consumir miel? ¿O explotar a una especie entera en forma sistemática solo para endulzar el té o la fruta? Piénsalo…
Sobre la autora
Jessica González Castro, autora de esta columna, es gerente de campaña en Million Dollar Vegan en México. Estudió la licenciatura en Administración de Empresas de Hospitalidad en la Universidad del Valle de México. Es fundadora del primer centro comunitario vegano en México, Casa Animal. Fundadora de Cocinar para Liberar, un proyecto que se encarga de que más negocios y hoteles tengan opciones a base de plantas en sus menús. Feminista Interseccional.
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