La acuafobia es un trastorno de ansiedad que provoca miedo o una sensación de peligro frente a diferentes cuerpos de agua. Es más común de lo que crees, ¡pero nadie habla de ello!
Aunque te resulte inaudito, muchas personas muestran cierto grado de miedo o precaución en torno a ciertos tipos de agua, como lagos turbios, mareas altas o ríos rápidos.
Sin embargo, la gente que padece acuafobia puede experimentar una ansiedad excesiva alrededor de cuerpos de agua aparentemente inofensivos, como piscinas y bañeras.
La acuafobia en cifras
Según la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión, los trastornos de ansiedad en general afectan a alrededor de 40 millones de adultos cada año, tan solo en Estados Unidos.
Mientras que alrededor del 9,1% de los adultos tienen una fobia específica, incluida la acuafobia.
¿Qué causa la acuafobia?
Una teoría de Trusted Source sugiere que las fobias se desarrollan cuando una persona experimenta un evento o respuesta emocional, mientras está expuesta al objeto o situación que induce miedo o ansiedad.
Por ejemplo, una persona puede estar nadando en el océano o en una piscina pública y sufrir una lesión o ser testigo de cómo una persona se ahoga. Como resultado de esta exposición simultánea, la persona puede asociar permanentemente el agua con el peligro.
Otra teoría propone que las fobias son asociaciones aprendidas. Es decir, sucede tras observar una reacción fóbica en otra persona, como un hermano o un amigo.
Según los autores de un artículo de 2020, la fobia a los animales, a las inyecciones o a las lesiones. Así como la fobia al entorno natural, incluida la acuafobia, tienden a comenzar durante la infancia.
Algunos síntomas de la acuafobia incluyen:
- Latido de corazón acelerado
- Transpiración excesiva
- Escalofríos
- Opresión o dolor en el pecho o la garganta
- Mareos
- Náuseas
- Confusión o desorientación
- Falta de aire
- Pensamientos negativos exagerados
- Desmayos
¿Existe algún tratamiento?
Afortunadamente sí existe. Se requiere de terapia cognitiva conductual, en la que el psicólogo enseñará a cuestionar los pensamientos y creencias irracionales relacionadas con el miedo al agua. Se complementa con técnicas de respiración y, en muchos casos, terapia de exposición gradual al agua para disminuir los niveles de ansiedad.
¿Conoces a alguien con este trastorno?
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