En Corea del sur están implementando una peculiar forma de atender a los clientes con un robot para tranquilizar a las personas en esta pandemia.
El coronavirus está cambiando radicalmente el mundo. Y no solo lo decimos porque no podemos salir de casa con la confianza de antes, sino porque las experiencias como ir a un restaurante o a un bar serán muy diferentes a lo que conocemos.
Para empezar, los lugares no podrán ser ocupados al 100% de su capacidad, los menús serán digitales y los buffets, que tanto amábamos en el desayuno del fin de semana, desaparecerán para evitar futuros contagios de Covid-19.
En cuanto a los empleados, como meseros, tendrán que usar cubrebocas, caretas y ofrecer siempre gel antibacterial.
Pero si te da miedo experimentar este nuevo estilo de vida e interactuar con muchas personas en un solo lugar, tal vez deberías mudarte a Corea del Sur.
En dicho país están implementando una peculiar forma de atender a los clientes que está tranquilizando a las personas en esta pandemia.
Tu nuevo bartender favorito
Se trata de un robot encargado de servir tragos en un bar y colocar hielo en los vasos.
Este robot humanoide es conocido como Cabo, mide 1.80 metros de altura y porta una chaqueta y un simpático moño que lo hace ver muy elegante.
Cabo se encarga de tallar los vasos y colocar los hielos en las bebidas de los clientes, para así evitar que los humanos lo toquen y las personas se sientan más seguras.
“Dado que este espacio generalmente está lleno de personas, los clientes tienden a sentirse muy ansiosos. Creo que los clientes se sentirán más seguros con el robot que talla y sirve el hielo en lugar de que lo hagamos nosotros mismos”.
Choi Won-woo, bartender.
El uso del robot ha permitido que las personas se sientan confiadas en que no necesitan interactuar con alguien más para ser atendidos, sobre todo en el tema de contagio de coronavirus; sin embargo, confiesan extrañar las pláticas con los meseros.
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Esta no es la primera vez que Cabo labora en un bar. El robot ha estado en servicio desde 2017; pero su presencia durante la pandemia ha sido clave para regresar la confianza en las personas y los espacios públicos.
