El Kakebo es un método de ahorro que tiene más de 100 años y que sigue vigente. Utilizarlo ayuda a ahorrar y a convertirse en un consumidor consciente.
La primera vez que utilicé el Kakebo, no duré ni una semana con él. Mi economía del momento era fluida y sino demasiado abundante sí era más que austera. Comencé a anotar mis gastos diarios y me desesperé: eran demasiados y yo me sentía confiada en extremo. Cerré el pequeño libro y lo guardé en un cajón. Pero ahora, con la crisis económica que también ha traído la pandemia, el cajón volvió a abrirse. El Kakebo es un método de ahorro japonés que funciona porque nos hace conscientes de nuestro nivel de consumo, lo que puede ser aterrador.
Requiere no solo necesidad por cuidar el dinero, sino un montón de disciplina y fuerza de voluntad. Ya que necesita de anotaciones diarias de cada gasto que se hace, por mínimo que este sea. Se dice que con esta práctica es posible ahorrar hasta el 35% del sueldo. Y lo único que se necesita es una libreta y un lápiz.
Creado por la periodista japonesa Hani Motoko en 1904, su objetivo era ayudar a las mujeres a llevar las cuentas de su hogar y ahorrar al mismo tiempo. En una primera página se escribe el dinero que será percibido, los gastos fijos y las metas de ahorro. Después, cada día se irán registrando los gastos en cuatro categorías: gastos esenciales, gastos opcionales, entretenimiento y descanso y gastos imprevistos.
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Si nació en 1904, ¿el Kakebo sigue vigente como método de ahorro?
Por supuesto, incluso muchos bancos lo recomiendan. El poder de la herramienta radica en hacernos conscientes de muchos gastos innecesarios. Ahora que he vuelto a él, en una época en la que la abundancia y la fluidez no son adjetivos calificativos para mi economía, anotar cada cosa que consumo me ayuda a cuestionarme de qué puedo prescindir. Ahora, hay que entender algo: no se trata de cortar con todos los consumos que nos den cierta alegría.
El método de ahorro Kakebo considera los gastos de esparcimiento porque este es necesario para el disfrute de la vida. Pero quizá pueden modificarse. Regalarse un café especial una vez a la semana en lugar de diario y preferir las cafeterías de barrio a las cadenas que añaden precios de marketing. También nos ayuda a reflexionar qué consideramos esencial y qué opcional.
Muchas veces, en una mala jerarquización, está la clave de las fugas de dinero. Para iniciarte en este método puedes utilizar una libreta que ya tengas, aunque existen algunas que ya tienen un formato adecuado. Hay algunos PDFs que la gente comparte gratis y los puedes imprimir o puedes pedir una libreta Kakebo en Amazon. Anótala en los gastos esenciales, ya que se trata de una inversión para el buen manejo de tus finanzas personales.
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