China prohibe el comercio con animales salvajes, vivos o muertos, después de que científicos señalaran el origen del virus en mercados dedicados a su venta.
Después de que científicos trazaron el origen del brote de coronavirus (Covid-19) hasta un mercado de mariscos y pescados -donde posteriormente se descubrió que también se vendían animales salvajes vivos- ubicado en la ciudad de Wuhan, China, autoridades han prohibido cualquier tipo de comercio con estos animales, vivos o muertos.
La prohibición, aunque temporal, hace especial énfasis en el comercio electrónico, restaurantes, supermercados y mercados. Por otro lado, las granjas dedicadas a criar este tipo de animales se mantendrán en cuarentena. Entretanto, el Ministerio de Agricultura de China ha dejado saber que aquellos que violen esta medida recibirán castigos severos.
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Pese a que investigadores aún no logran identificar la especie animal que aseguran como responsable del contagio de este virus, las autoridades han tomado estas medidas con base en la experiencia que dejó en 2003 el brote epidémico de otro tipo de coronavirus, el del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo). Y es que, en ese mismo año, científicos determinaron que la transmisora del síndrome fue la carne de civeta (un tipo de felino asiático) vendida en un mercado en la ciudad de Cantón o Guangzhou.
La actual medida fue resultado de una carta abierta al gobierno de China firmada por 19 científicos de renombre. “No es sólo importante para la conservación ecológica, sino por su gran importancia para controlar riesgos de salud pública”, rezaba la nota. Esta petición fue sustentada por otras organizaciones como la Wildlife Conservation Society (WCS), quien a través de un comunicado de su director ejecutivo, Christian Walzer, explicó: “Los virus transmitidos por los animales son los patógenos humanos que aparecen con más frecuencia. Representan menos del 15% de todas las especies conocidas de patógenos humanos, pero más del 65% de patógenos descubiertos desde 1980”.