El WWF anunció que Sudáfrica, a través de su Departamento del Medio Ambiente, dio a conocer la disminución de la caza furtiva de rinocerontes en el país.
Recientemente, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) anunció que Sudáfrica, a través de su Departamento del Medio Ambiente, Silvicultura y Pesca (DEFF), dio a conocer la disminución de la caza furtiva de rinocerontes en el país. La organización destacó la labor combinada del gobierno, socios privados, comunidades comprometidas, distintas ONG, así como la cooperación de países consumidores de cuernos de rinoceronte como China, Malasia, Singapur, Vietnam y Japón.
De acuerdo con el informe del DEFF, la cantidad de rinocerontes perdidos por la caza furtiva disminuyó de 769 en 2018 a 594 en 2019. La dependencia sudafricana también informó una disminución en la caza ilegal de elefantes de 71 en 2018 a 31 en 2019. Aunque la noticia y la disminución misma de esta actividad es positiva, los rinocerontes siguen amenazados por algunas células del crimen organizado y el gabinete gubernamental aún no ha adoptado la Estrategia Nacional Integrada para Combatir el Tráfico de Vida (NISCWT).
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“Como señaló el departamento, los esfuerzos de aplicación de la ley por sí solos no pueden abordar los complejos motivos sociales y económicos detrás de las amenazas a largo plazo para nuestros rinocerontes. Lo que se requiere es un compromiso con un enfoque integral que considere las actitudes, oportunidades y seguridad de las personas que viven en áreas protegidas. El papel de la corrupción, inevitablemente asociado con los sindicatos del crimen organizado, también se debe abordar.”, declaró la doctora Jo Shaw, gerente del Programa de Vida Silvestre del World Wildlife Fund (WWF) en Sudáfrica.
Como seguramente has escuchado o leído, las razones detrás de la caza furtiva del rinoceronte obedecen a los altos precios que sus cuernos alcanzan en el mercado negro, sobre todo en Asia, donde el kilogramo suele venderse en hasta 50 mil dólares. Según distintos reportes, los países que más lo demandan son China y Vietnam para su uso extensivo en la medicina tradicional. La dificultad para que los programas e iniciativas para cesar esta actividad se cumplan responden a que, en su mayoría, los rinocerontes viven en zonas pobres donde las personas son blanco fácil del crimen organizado.