Cada vez más empleadores contemplan a los trabajadores con discapacidad para ocupar puestos que antes eran casi imposibles de obtener. ¡Muy bien por Estados Unidos!
Una de las cosas positivas que dejó el confinamiento durante la pandemia es que impulsó a un grupo de personas que a menudo queda al margen de la economía: los trabajadores con discapacidad.
Y ¿por qué? Los empleadores, desesperados por conseguir trabajadores, comenzaron a reconsiderar los requisitos laborales, revisando los procesos de contratación y colaborando con grupos sin fines de lucro para reclutar candidatos que alguna vez pudieron haber ignorado. Al mismo tiempo, la apertura de las empresas al home office ha generado oportunidades para las personas cuyas discapacidades dificultan o imposibilitan el trabajo en persona.
Empleadores tienen más apertura hacia los trabajadores con discapacidad
Como resultado, la proporción de adultos discapacitados que trabajan se ha disparado en los últimos dos años. Y han superado con creces su nivel previo a la pandemia y superando las ganancias entre las personas sin discapacidades.
En varias encuestas, los trabajadores con discapacidad informaron que no solo reciben más ofertas de trabajo, sino mejores, con salarios más altos, más flexibilidad y más apertura para proporcionar adaptaciones que alguna vez habrían requerido una lucha interminable.
“El nuevo mundo en el que vivimos ha abierto la puerta un poco más”, dijo Gene Boes, presidente y director ejecutivo del Northwest Center, una organización de Seattle que ayuda a las personas con discapacidades a ser más independientes. “Las puertas se están abriendo más porque simplemente hay más demanda de mano de obra”.
Aún existe la discriminación en personas con discapacidad
Durante mucho tiempo, los trabajadores con discapacidad han visto cómo su fortuna fluía y refluía con la economía. La ley federal, de hecho, prohíbe que la mayoría de los empleadores discriminen a las personas con discapacidades. Además les exige que realicen adaptaciones razonables si se necesitan. Sin embargo, la investigación arroja que la discriminación sigue siendo común.
Un estudio de 2017 encontró que las solicitudes de empleo que revelaban una discapacidad tenían un 26 por ciento menos de probabilidades de recibir interés de los posibles empleadores. E incluso cuando pueden encontrar trabajo, los trabajadores con discapacidades frecuentemente enfrentan barreras para el éxito. Desde puertas de baños que no pueden abrir sin ayuda hasta compañeros de trabajo hostiles.
La buena noticia es que desde hace dos años, justo cuando la pandemia estaba en su apogeo, los trabajadores con discapacidad han sido más requeridos, en puestos que se desempeñan en home office, dando buenos resultados e impulsando a otras empresas a fijarse más en este sector de la población en Estados Unidos.
“Los adultos discapacitados han visto cómo las tasas de empleo se recuperan mucho más rápido”, explicó Boes. “Esas son buenas noticias, y es importante entender si es algo temporal o permanente. Y mi conclusión es que no solo es algo permanente, sino que va a mejorar”, concluye.
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