Esta ciudad estará ubicada en Mazatlán y será diseñada por el arquitecto brasileño Jaime Lerner. Además, Amatlán respetará las áreas verdes naturales.
La primera ciudad sustentable modelo en el mundo estará en la Isla de la Piedra en el municipio de Mazatlán, Sinaloa. Su nombre es Amaitlán, que en náhuatl significa Tierra de Descanso.
Debido a su posición geográfica, la Isla de la Piedra es un lugar perfecto para esta magna obra, ya que se ubica dentro de una franja climatológica única en el mundo que permite que el clima sea templado durante todo el año.
El urbanista más reconocido del mundo, el arquitecto brasileño Jaime Lerner, ganador del Premio Máximo de Medio Ambiente otorgado por la ONU, es el diseñador del plan maestro de este proyecto que busca integrar y cuidar el medio ambiente, la sociedad y la calidad de vida.
Esta obra sustentable está compuesta por 2,400 hectáreas de terreno, en los que se encuentra una reserva de árboles de mangle, 14 kilómetros de lagunas y 18 kilómetros de playa. Asimismo, se construirán 8 nuevos pueblos, 2 mil 500 casas en la playa y en un parque central, habrá espacios para villas, departamentos, área de retiro y comercio, además del área hospitalaria, educativa y una marina natural, la más grande de América Latina.
Para evitar la contaminación del aire y generar el menor daño posible a la naturaleza habrá un uso de energía mixta; solar, por quema de gas y convencional, y el alumbrado público funcionará con energía solar y biomasa.
Características sustentables de Amaitlán
El 70% de la superficie de la isla se conservará como área verde y 95% de las construcciones no rebasarán la altura de las palmeras, que se determinó en 18 metros. El transporte será mediante autos eléctricos, carretas, caballos, bicicletas y por vía marítima.
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En Amaitlán se pretende alcanzar el 100% de reciclaje de basura y de aguas residuales y se quiere implementar un sistema de composta mediante desechos orgánicos para la fertilización natural de las plantas y jardines al interior de la ciudad. De acuerdo con sus desarrolladores, al concluir todas las etapas de construcción dentro de 25 años, Amaitlán generará 370,000 empleos, 92,500 directos y 277, 500 indirectos.
Amaitlán es un ejemplo de cómo debemos transitar hacia mejores planes urbanos que respeten e integren la naturaleza y dónde la calidad de vida sea una responsabilidad compartida de los habitantes y los diseñadores de las futuras ciudades del mundo.