¿Sientes que no puedes dejar de hacerte más y más tatuajes y crees que puedes tener una adicción a ellos? Este artículo te interesa.
Uno de los comentarios más comunes sobre los tatuajes es: “si te haces uno, no podrás parar”. Los tatuajes tienen la fama de causar adicción, como si se tratara de anfetaminas, pero, ¿qué tan real es la adicción a los tatuajes?
Empecemos por definir qué es una adicción. Según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, es un patrón de uso o comportamiento de sustancias que no se controla fácilmente y que puede volverse compulsivo con el tiempo.
Muchas personas que afirman ser “adictas a los tatuajes” dicen que lo que las impulsa a buscar más tatuajes es el dolor físico de estas experiencias. Y es que, con el dolor, aumentan ciertas sustancias químicas cerebrales.
Algunos estudios han descubierto que hacerte tatuajes libera adrenalina y endorfinas, que son las que producen una respuesta agradable en el cuerpo y ayudan a lidiar con el dolor. Sin embargo, un proceso similar lo encontramos con el ejercicio intenso o con las cirugías plásticas.
Por otro lado, la adicción suele llevar a formar hábitos, pero eso no pasa con los tatuajes, dicen los especialistas, ya que esa liberación de endorfinas y adrenalina suceden por la novedad del tatuaje y suele desaparecer con el tiempo.
“En realidad, es bastante infrecuente que las personas tomen decisiones precipitadas sobre los tatuajes. El dolor es una barrera bastante grande. También lo es la permanencia y la asequibilidad”, dijo en 2013 a la BBC la psicóloga y experta en tatuajes Viren Swami.
El mito sobre la adicción a los tatuajes
El psicólogo Mark D. Griffiths escribió un artículo sobre la supuesta adicción a los tatuajes en la revista Psychology Today, donde explica que, para que eso suceda, se deben cumplir varios criterios. Estos criterios son:
– Prominencia: que el tatuaje se convierta en lo más importante en la vida de una persona.
– Modificación del estado de ánimo: por ejemplo, los sentimientos eufóricos que acompañar a los tatuajes.
– Tolerancia: la acumulación gradual de tatuajes y el individuo pasa más y más tiempo tatuándose).
– Síntomas de abstinencia: consecuencias psicológicas y / o físicas negativas como resultado de no poder tatuarse, como mal humor extremo o irritabilidad.
– Conflicto: la actividad que compromete otras áreas de la vida del individuo, como las relaciones personales y la educación / ocupación.
– Recaída: volver a tatuarse después de un período de abstinencia.
El tatuaje no cumple con estos criterios de adicción. Sin embargo, es probable que un tatuaje cause una preocupación constante. Por ejemplo, pensar constantemente en hacerse el próximo tatuaje, mirar diseños de tatuajes, leer revistas de tatuajes, hablar con otras personas muy tatuadas y compartir experiencias, trabajar como tatuador, etc.
Una adicción depende de recompensas y refuerzos constantes. Las personas con trastornos por uso de sustancias o adicción al juego alimentan sus hábitos con experiencias gratificantes frecuentes (al menos a corto plazo), pero incluso las personas más tatuadas no adoptan este comportamiento con regularidad.
Y entonces, ¿por qué nos encanta hacernos más y más tatuajes?
Ahora que sabemos que no existe una adicción a los tatuajes, debemos saber que las ganas de hacernos un tatuaje pueden venir de muchos lugares: por las endorfinas, por el dolor o por las ganas de cambiar algo del cuerpo.
Los expertos dicen que es muy poco probable que te vuelvas “adicto” con tu primer tatuaje, y la investigación de Swami dice que, de hecho, la mayoría de las personas espera un tiempo antes de hacerse un segundo tatuaje.
“La palabra adicción en el contexto de los tatuajes se usa mal … aunque no puedes tener una adicción a los tatuajes, per se, puede ser una dependencia en la que sientes algunos elementos de necesidad y abstinencia”, reconoce el Dr. Daniel Selling, psicólogo de Williamsburg Therapy Group, en Nueva York.
El Dr. Mark D. Griffiths cree que, para muchas personas, hacerse tatuajes puede ser más una pasión que un problema, y no hay nada de malo en ser apasionado por lo que haces.
Ahora ya lo sabes: estar constantemente preocupado por los tatuajes no es en sí mismo un problema, a menos que comience a causar serios conflictos con otras actividades del día a día.
También te recomendamos: Razones por las que debes elegir tatuajes veganos