Angela Merkel y su poderoso legado difícil de superar

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Angela Merkel y su poderoso legado difícil de superar

Tras llevar a su país a la cima financiera, Angela Merkel dice adiós al ejecutivo alemán y se posiciona como la estadista más poderosa de Europa.

Hablar de Angela Merkel es hablar de una mujer fuera de serie. Merkel es una mujer particular en la política y fuera de ella, que siempre inspira, pero que también deja el listón muy alto dentro y fuera de Alemania, para su sucesor y para las mujeres del mundo entero. Sí, porque Merkel es una líder global.

La Canciller alemana se va después de 16 años y lo hace como acostumbra, sin grandes aspavientos. Con ese estilo político singular que ha marcado una era.

Una encuesta previa a las elecciones, arrojó que el 80% de los alemanes consideran positiva la herencia de la científica de 67 años de edad, quien habla alemán, inglés y ruso a la perfección.

La consideran una funcionaria decente y responsable que aspira a resolver los problemas, más que a pasar a la historia como una gran estadista.

A la hora de evaluar su legado, se piensa que “La Canciller de Hierro” -como la apodan algunos-, se ha preocupado por los grandes países y también por los pequeños. A Angela Merkel la consideran una figura mucho menos disruptiva que, por ejemplo, Emmanuel Macron, Presidente de Francia.

“Merkel ha buscado lo posible, aquello para lo que sabía que iba a ser capaz de lograr mayorías. Busca lo posible, no lo necesario. No ha sido una transformadora, ha sido una gestora”, opina Jana Puglierin, del European Council on Foreign Relations.

Su manera de hacer política es parte de su herencia. Además, Angela Merkel opera bajo la máxima de que “en la calma reside la fuerza” (In der Ruhe liegt die kraft).

Una mujer excepcional

Todo en ella es atípico. Le gusta cocinar y asistir a la ópera. Su día empieza con preparar el desayuno de su marido, el catedrático Joachim Sauer, cuyo apellido, por cierto, no usa, sino el de su primer esposo: Ulrich Merkel.

Estudió Física, pero cumplidos los 35 años giró hacia la política. Su ascenso fue meteórico de la mano de su mentor y otrora Canciller, Helmut Kohl.

Fue en 1990, el año de la reunificación alemana y en el que Angela Merkel ingresa al partido Unión Demócrata Cristiana (CDU). Ese año logró su primer escaño en el Parlamento y al siguiente se convirtió en Ministra para la Mujer y la Juventud durante el mandato de Helmut Kohl.

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La estabilidad política y económica de Alemania

Ocho años después se produce su momento clave: Angela Merkel publica su columna en el diario conservador “Frankfurter Allgemeine” reclamando a la CDU la emancipación de Kohl, hundido en una trama de cuentas secretas que saltó a la luz, tras el paso a la oposición.

Merkel, quien era una chica alegre, a la que le gustaba bailar, se convierte en presidenta de la CDU. Dos años después cede la candidatura a la Cancillería al líder bávaro Edmund Stoiber, presionada por los hombres fuertes del partido, que la veían incapaz de derrotar al entonces Canciller Gerhard Schröder.

Esa renuncia se convirtió en 2005 en su triunfo: para entonces había arrinconado a sus enemigos internos, nadie iba a apartarla de la lucha por la Cancillería.

Dieciséis años después, la primera mujer que ocupa la Cancillería y la primera en gobernar Alemania, deja a su país marcado por la estabilidad política y la bonanza económica, pero también con una larga lista de tareas pendientes. ¿Quién será el o la mejor en sustituirla?

Como sea, será muy difícil el nuevo camino para quien venga después a ponerse en sus zapatos. ¡De eso estamos seguros!

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